Quejas
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Un tilo por allá, por favor!
14 diciembre 2010
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84/365 (Ayer, unos minutos antes de salir para la muestra. El brillo de labios tiene 3 años. DEBO comprar uno nuevo. Agendado!) |
Tal vez yo no fui muy clara y, se sabe, acá cada uno entiende lo que se le da la gana. O vienen al blog a buscar la confirmación de lo que ya piensan de mi: que soy pedante, rebuscada, quejosa. Probablemente si vienen buscando eso, lo van a encontrar. Esa gente no me interesa. Pero la gente que viene a saber de mí y de cómo estoy sí me importa. Para ellos va la "explicación", que en realidad no es una explicación de nada, es más bien poner en palabras mis sentimientos.
El otro día, cuando escribí el post contando que había posibilidades de que perdiera mi trabajo en febrero, estaba completamente aturdida. Cuando abrí la página del ministerio y vi el orden de mérito estaba sola en casa. Y fue un shock. Y por eso, así en caliente, decidí publicarlo. Como siempre, las palabras son flacas para describir la multitud de sentimientos que nos hacen humanos. Y seguramente sonó a "perdí mi trabajo".
El tema de mi angustia no es ese. Para nada. Y no digo que no sea angustiante quedarse sin trabajo (yo misma lo he pasado y es feísimo), pero en este caso mis sentimientos ante esta situación no tienen nada que ver con el fantasma del desempleo. El trabajo de docente abunda, todas las semanas me llaman de distintas escuelas para cubrir suplencias o interinatos (bueno, estas últimas semanas ya no porque estamos con mesas de exámenes). En Rosario casi no hay profesores de lengua y para las escuelas es un verdadero problema cuando alguna profe de lengua pide licencia. Por eso sé que voy a tener trabajo cuando empiece el año. El tema, como ya dije, no es ese. Acá el verdadero problema es que en la Agrotécnica está mi "zona de confort", el lugar en el cual me reconcilié con mi profesión, están algunos de mis amigos y también están los alumnos que quiero. Hay una cuestión emocional profunda que me une a la escuela y que representa muchísimo más que un miserable sueldo docente (y les garantizo que el mío es miserable).
Cuando yo tenía 15 años mi hermana mayor empezó a trabajar en la Agrotécnica, tomábamos mates y nos contaba las "historias de la escuela". Para mí era un mundo fascinante. Cuando tuve mi título, una de las primeras cosas que hice fue anotarme ahí. No entré por acomodo, no, eso en las escuelas públicas es difícil que pase porque respetan bastante el escalafón. A muchos de los profesores con los que trabajo los conozco desde muy chica, muchos de ellos nos acompañaron cuando pasó lo de mis viejos y de ellos -en gran parte- aprendí a querer a la escuela e incluso a la docencia.
Seguramente yo soy una persona muy sensible y me involucro muchísimo con la gente que me rodea. Por eso, emocionalmente esto me parte al medio. También es cierto que el hecho de perder mi "comodidad" me afecta. La escuela es para mi como las "zapatillas rojas" de las que habla Pinkola Estés en Mujeres que corren con los lobos. Y por eso es bueno que pase esto, es bueno porque es la única forma de que yo busque hacer otras cosas.
¿Que si hay cosas peores? PPpffff.....CLARO! Tengo una vida feliz, una familia preciosa, no nado en dinero pero tampoco nos falta nada. Y disfruto de todo eso, sí. Y soy feliz aquí y ahora. Pero che ¿no puedo estar triste o enojada o chinchuda un rato?¿Por qué la gente le tiene tanto miedo a los sentimientos negativos?
Ayer fui a la escuela y ya desdramatizamos la situación. Me reí tanto que las nubes se dispersaron.
Última observación: ¿justo a mi alguien me manda a tomarme un tilo? Chicas, cuando leí el comentario me dio bronca, pero cada vez que lo pienso no puedo parar de reírme. Y eso de "cruzada con las circunstancias"? Perdón, yo no me "cruzo con mis circunstancias", ese un análisis demasiado básico para la persona complicada que soy! Pucha, que yo tengo sentimientos y los exploro y salgo adelante. Pero ya crecí y eso de cruzarme con las circunstancias y tomarme un tilo no es para mí. Definitivamente no (y apuesto a que las que leen este blog desde hace mucho tiempo lo saben)
Amigaaaaaa (¿nos tomamos un tilo?)
(tengo cosas que contarles!)
Respuesta
31 octubre 2010
Un "anónimo" me deja este comentario en la entrada "Back Slowly"
"El peor analfabeto es el analfabeto político.
El no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
El no sabe que el costo de vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."
- Bertolt Brecht -
Si, me deja este comentario a mi porque dije que, el día de la muerte de Néstor Kirchner, no quería hablar de política partidaria. Digo, ya el hecho de elegir mencionar esa muerte en el blog, era un hecho político, no partidario, sí político. Me refería a que no quería tener que defender postulados K o rebatir a los anti K, el día de la muerte de K. Eso quise decir con "mejor no hablemos de política", tal vez debí agregar "hoy".
La cita de Brecht -con la que acuerdo al 100%- se refiere a la política como una toma de posición, no se refiere a la política partidaria, por mucho que aquellos que militan se la quieran apropiar.
Y si hay algo que mis lectores saben es que soy una persona que elige tomar posiciones. Política hay en cada mínimo acto cotidiano, hay política en la elección del diario que leemos o del canal de televisión que miramos. Tomamos decisiones de índole político al criar a nuestros hijos de una determinada manera. Tomo decisiones políticas cuando elijo los contenidos de mis clases. Este blog reúne mil manifestaciones a favor de una u otra idea, decisiones que son políticas.
El que alguien me diga que este blog no es político y que yo soy un analfabeta política revela que no leyó nada o si leyó, ¡entendió todo mal! Digo, este no es un blog de la revista Ohlalá (uy! ahora se van a enojar las que leen los blogs de la revista Ohlalá, ¡seguro!) Tampoco es un gran blog, ojo ¿eh?
Por eso, las próxima vez que alguien decida dejarme un comentario, por favor, lea unos cuantos posts, reflexione y recién después deje su opinión. Esa es la forma de respetar este espacio, a su autora y a sus lectores.
Y la última cosa. Odio, detesto, las citas descontextualizadas. Me ponen de super mal humor los libros de citas (de supermalhumorviolento), creo que la "cita" tiene que surgir de una lectura. Cada una de las citas de este blog han salido de la lectura general de los libros que las contienen. A Bertold Brecht hay que leerlo más para citarlo de manera justa.
Me sigue asombrando el nivel de interpretación negativa que tiene la gente en la web. Creo que nunca me dejaré de sorprender por el rumbo que puede tomar una simple frase lanzada al ciberespacio.
Siendo lo más sincera posible, les digo
09 octubre 2010
Hoy a la mañana me desperté ya con la actitud de "que la sigan chupando" (gracias Diego), pero después de un gratificante, sincero y constructivo intercambio de mails con una blogger cercana, decidí que no iba a ser tan brusca. Lamentablemente es imposible que no me afecten las reacciones de otra gente. ¿Lo que a mi me parece? Creo que esta persona quería forrearme de alguna manera porque sabe que leo su blog y sabía que iba a leer eso. No sé qué espera alguna gente de mi ¿que cambie mi forma de ser?¿que cambie mi blog?¿no es más fácil dejar de leerme?¿o dejar de comentar? Sí, creo que sí. Y acá una larga reflexión acerca de para qué uno tiene un blog, que no voy a escribir acá, así que imaginen lo que quieran. Todo lo que piensen de mi es verdad y nada tiene importancia.
Igualmente, me fui a caminar sola para hacerme cargo de esa angustia que sentí, escuché a Lisandro Aristimuño y a Drexler y a Caetano y a Silvio (N, plis, no dejes de hablarme por eso jaja!). Lloré un poquito, me puse profunda y me di cuenta de que estamos en octubre y en general el fin de año no es fácil para mí, me agarran ganas de quemar todo y salir corriendo*. Y bueno, reflexioné sobre mí y sobre los otros, me hice cargo de mi parte y después...después me compré un par de zapatos nuevos y me sentí ¡fenomenal! Y acá imaginen mi cara sacando la lengua.
Y obvio que no voy a dejar de escribir en el blog, sobre todo porque también hay buena gente que me encontré en el camino de la web. La tía Viole ;-) y N, y Lucía y Romi. Y un montón de personas más que son valiosas para mí.
Es inevitable que a algunos no le guste mi blog. Y mi error en todo esto es que a mi me encanta agradarle a la gente, me pone mal que alguien no me banque, tengo que buscar por qué me genera eso el rechazo de los otros. O que se rían de mí a mis espaldas grrr. Y sí, es el afán de aprobación lo que tengo que solucionar, de eso me hago cargo. De las frustraciones ajenas, no.
¿Y a ustedes qué les genera el rechazo de los otros?
PD: también estaría bueno que leyeran el post "Esto es sólo un blog" que escribí el año pasado a raíz de un hecho similar ;-)
*les digo que hasta llegué a pensar que estoy embarazda, porque a veces me agarran unas ganas incontenibles de mandarlos a todos a la mierda, pero no :P
Para seguir con el tema
06 octubre 2010
No quemo cochecitos, pero hoy vi un nene de tres años atado a un carrito y me dieron ganas de partírselo a la madre en la cabeza (siiiii, 0% respetuoso lo mío y que agradezca que sólo lo pensé).
Por cierto, las correítas esas para tener al nene atado (los arneses de seguridad para que caminen, a eso me refiero, no a las correas del cochecito) me parecen monstruosas. Sí, se enoje quien se enoje, no puedo creer que existan! Por suerte en Rosario aún no están de moda :(
Y hace como dos días que estoy por contestarle a Lucía (sin debate) en el otro post, así que allá voy ;-)
Y acá un artículo que me encantó sobre el uso abusivo del cochecito.
*si no digo esto y no me exalto con las cosas simplemente no soy yo, sepan comprender ;-)
Por cierto, las correítas esas para tener al nene atado (los arneses de seguridad para que caminen, a eso me refiero, no a las correas del cochecito) me parecen monstruosas. Sí, se enoje quien se enoje, no puedo creer que existan! Por suerte en Rosario aún no están de moda :(
Y hace como dos días que estoy por contestarle a Lucía (sin debate) en el otro post, así que allá voy ;-)
Y acá un artículo que me encantó sobre el uso abusivo del cochecito.
*si no digo esto y no me exalto con las cosas simplemente no soy yo, sepan comprender ;-)
Catálogo de la mediocridad
15 septiembre 2010
El domingo nos juntamos a almorzar con mis hermanas. Mi hermana Analía, más conocida como ladelmedio, llega y me cuenta que está enojada con X porque no me invitó (a mí) a la fiesta de 15 de su hija (la hija de X). La cosa es que hace como 4 años que no veo ni a X ni a su hija y le digo que no se preocupe, que a mi no me importa y que de hecho ni siquiera merezco ser invitada a esa fiesta porque ni pensé en la niña en cuestión el día de sus 15. Y ella sigue enroscada con cosas que no me importan: "Estoy re enojada porque tendría que haberlos invitado, no me importa que no te importe yo estoy enojada igual" dice, y acto seguido desarrolla una historia larguísima acerca de que X no se habla con el cuñado, que el marido de X se convirtió a una religión rara y que la hermanita de X es una "pendeja soberbia" (tiene 8 año la pequeña, o sea ¿hace falta decir algo así?). Le pido que la corte, que ya estuvo bien, que no me interesa nada de esa gente, que forman parte de un pasado remoto a estas alturas. ¡Ay! Vuelvo a casa abrumada de tanto palabrerío inútil, de tanto hacerse problema por cosas absolutamente fútiles. Guille opta por el silencio que yo no puedo tener y no abre la boca en toda la tarde. Me dan ganas de explicarles que a mi me gustaría estar callada como Guille, pero tengo que hablar porque si no se enojan. Por suerte mi hermana Andrea, lamayor, lee bastante y podemos hablar de algo.
Lunes y Martes en la escuela. La sala de profesores es una pesadilla. Se quejan por TODO (y ojo que yo soy quejosa, pero no a ese extremo). Particularmente el martes tuve que escuchar tantas estupideces acerca del censo (están en contra ¡en contra de un censo! bueh, en fin) que me fue muy difícil permanecer sentada en la silla. Intenté abrir la boca -no para defender el censo, sino para ver si alguien pone un ápice de razonamiento en todo lo que dicen!- pero me silenciaron enseguida. Ya saben que es duro pensar distinto donde todos piensan lo mismo, ¿eh? sobre todo si el tema de conversación ni siquiera te importa demasiado.
Y hoy tenía que ir al banco, pero no fui nada. Necesito curarme de tanto afuera. La falta de criterio de la gente que me rodea en mis tareas cotidianas fuera de casa me abruma. Ojo, yo no me creo especial ni nada, pero es que gastar tanta energía en pavadas me parece de una mediocridad absoluta. Por eso ahora me voy a tomar unos matecitos tirada al sol y hablando con Guille :)
Terminé La elegancia del erizo y fue una experiencia tan contraria a la mediocridad que hasta tuve un terrible duelo al cerrar el libro, como diciendo ¿y ahora qué hago de mi vida sin tanta belleza para leer?
Me identifiqué mucho con su protagonista y me dolió terminarlo.
Ah, el curso de Holly Becker es muy lindo. Lo estoy disfrutando muchísimo ;-) No duden en hacerlo si les gusta todo lo relacionado al mundo de los blogs.
Terminó el negocio de la gripe A, empezó el del sarampión
23 agosto 2010
La cosa es así, terminan con la Gripe A y empiezan con el ¡sarampión!, porque hay cuatro casos confirmados. Y entonces la tele nos manda a correr, a ver si le damos el 5to refuerzo de la vacuna en 1 año. Por momentos pienso que estoy en una gran cámara oculta y me van a sacudir para decirme que es una joda. Hace tres días que estoy atónita. El año pasado me negué a ponerle un "refuerzo" de sarampión. Se supone que el calendario de vacunación es seguro y le puse las vacunas del calendario...ergo ¿por qué iba a ponerle un "refuerzo" tres meses después? Ni loca. Dudé, porque te hacen dudar los guachos, eh? Te amenazan con la muerte, como si no fuera algo a lo que todos -incluso nuestros hijos, lamentáblemente- no estuviéramos expuestos. El tema de la muerte es un tabú tan grande en esta sociedad, en donde se vende una "garantía" de vida a través de la ciencia, que hasta me da pesar hablar de esto en el blog.
Con la famosa vacuna de la gripe A en mayo de este año ni dudé. ¡Se notaba de lejos que era un negociado inmenso! Y las vacunas, por si no lo sabían, no son inócuas. Tienen riesgos, como todo en la vida. Yo no acepto correrlos por enfermedades amplificadas y distribuidas desde los medios de comunicación. Aunque mañana Guillermina se enferme, eso no implica que la enfermedad sea un riesgo para todos. No podemos salir corriendo a hacer lo que dice el médico en todas las ocasiones, pensemos alguna vez por nosotros mismos y hagámonos cargo de nuestras decisiones. Claro, esto es lo más difícil, siempre es más fácil largar "el pediatra me dijo..." (uy, esta frase va a herir susceptibilidades, ya lo sé...pero es lo que pienso, no se enojen, si?)(y claro, cada uno es libre de hacer lo que quiera, incluso de aceptar las mil vacunas que nos recomienda el pediatra "tipo"...lo que me molesta es que me rompan a mi, preguntándome si le puse el bendito "refuerzo" a la nena)
Y esto me hace acordar a algo que leí hace poco en el blog de la insomne y que me indignó profundamente (el blog me gusta, lo que me indignó es el chisme que cuenta, claro!). Ella contaba que algunos de los obstetras de sus conocidas le ponían una carita feliz o triste al lado de los kilos que había arrojado la balanza (!!!). También contaba que el médico de estas conocidas hacía "chistecitos" acerca de que el marido le diera con "el látigo" a la muchacha en cuestión si ella osaba comer de más. No me sorprende, para nada, la actitud del médico. Lo que me sorprende es la pasividad de las mujeres ante esta infantilización. ¿Y la recomendación al marido como si fuésemos de su propiedad? Ya sabemos para qué sirve tratarnos como niñas: mientras más pequeñas seamos, menos poder de decisión tendremos en los momentos clave.
Así que gente, nos pusimos pantalones, logramos salir solas a la calle, tener novio a los 14, levantarnos a las 6 am para ir a laburar, estudiar en las más célebres casas de estudios, resignar la crianza de nuestros hijos,correr tras el éxito profesional ¡para que nos sigan tratando como si estuviésemos bajo su tutela!
Yo no entiendo nada, la verdá!
¿O será que el lunes me pegó mal? Ante la duda, tengan compasión! ;-P
Cerdos capitalistas ;-)
05 agosto 2010
Foto vía Tatoruso en Flickr Creative Commons
Estaba pensando que estivill y el auténtico creador del método (Ferber para quienes no lo conozcan), son completamente funcionales a la sociedad capitalista. ¿Qué más quiere el capitalismo que generar seres insatisfechos desde los primeros meses de vida? Si genera seres insatisfechos producirán, a largo plazo, seres humanos consumistas que intentarán suplir la falta con cualquier producto de consumo.
Ya lo debe haber dicho otro. Pero a mi se me ocurrió ayer. Y sí, me cierra totalmente: la sociedad de consumo necesita seres insatisfechos: "¡¡¡Dejémoslos llorar que si no se nos cae el capitalismo!!!"
Che, ni Marx lo hubiera dicho mejor...
Cerdos capitalistas...
:P
Y jugar por jugar...
03 junio 2010
Dice una noticia que leo por ahí (no cito porque tengo versión impresa, pero si ponen en el buscador seguro encuentran cincuenta noticias como esta):
"El viernes 21, Google celebró los 30 años del PacMan con una idea original: reemplazó su doodle en la página de inicio del buscador por una imagen del juego. Y se podía jugar al PacMan desde allí [...] Según un estudio de Rescue Time (nota de la redactora: amargos!), los trabajadores invirtieron cinco millones de horas en jugar al PacMan desde el buscador, lo que supone la pérdida de productividad equivalente a cien millones de euros"
Cuando leo cosas como estas, me vuelvo loca. Primero y principal me pregunto ¿¿¿¿Y??? ¿Acaso toda esa millonada iba a servir para solucionar alguna de las terribles cosas que pasan en el mundo?. Pero dejando de lado mi parte revolucionaria, respiro hondo y arranco con otra pregunta: ¿alguien se preguntó por qué la gente está tan desesperada por "jugar"? Pocas oportunidades lúdicas ofrece el día a día para la mayor parte de los adultos. Y es una pena. El hombre es un ser sociable y el juego está justamente relacionado con esa sociabilidad. Pero no solo eso, el juego nos hace más imaginativos y creativos para afrontar otras situaciones cotidianas.
A mi me encanta jugar...y por suerte aún tengo tiempo para hacerlo ;-) Cuando era chica pasaba el día entero jugando (nunca hacía la tarea, ay dios!), y jugué con las muñecas hasta los 15 años (si, iba a bailar y después jugaba a las muñecas escondida en la terraza y si me preguntan: la verdad es que no me parece "normal", ejem!). Después me resigné y ocupé el cuerpo que se me dio y me creí el cuentito ese que "solo los niños juegan". En la universidad y con los tiempos a mil tuve pocas oportunidades: jugábamos a las cartas (naipes) de tanto en tanto. Después vinieron mis primeros trabajos y ahí sí nos distraíamos jugando. Pasábamos largas tardes en la calle (como agentes de tránsito) y jugábamos a cualquier pavada: desde quién recordaba más prendas de la vidriera vista hacía minutos, hasta quién pinchaba más burbujas del vendedor ambulante de la Peatonal (recuerdo un verano en donde la calle estaba desierta hasta las 6/7 de la tarde, qué TEDIO!). Otra: a quién saludaban más los colectiveros...este juego era particularmente divertido :D
Cuando empecé a salir con David volví a jugar como nunca: TEG, Pictionary, Canasta, Scrable: pasábamos horas jugando. El TEG no me gusta, me hace llorar...es un juego injusto e imperialista! Y la Play-Station! Fue un flash: muéranse de risa, pero Luisina adora la Play! Tomb Rider y Prince of Persia fueron mis preferidos ♥ Ahora ya no la toco, porque no tengo tiempo y aparte me da un poco de ansiedad: para pasar de pantalla hace falta mucho tiempo y trucos de internet (¡no puedo creer lo que les estoy contando!)
Ahora juego con Guille. Sacamos los Little People y pasamos bastante tiempo con eso. Pero con lo que más aguanto sentada en el piso es pintando, me encanta dibujar y ella se entretiene un montón. También me gustan los rompecabezas ;-)
Bueno¿todo esto para qué lo cuento? Básicamente porque no me parece válido el debate jugar/producir. Creo que la posibilidad de tener opciones lúdicas a lo largo del día no debería ser una "opción", debería contemplarse como algo "natural". Y no me refiero a tirarse por un tobogán en la empresa, sino a que no se vea como algo "improductivo" el momento del juego. Estaría bueno que cada persona tuviera tiempo para dedicarle unos minutos por día el al juego. Si todos los tuviéramos realmente, la gente no se volvería loca por la pantalla Pac-Man de Google ;-)
¿Ustedes juegan?¿A qué?
¿Ustedes juegan?¿A qué?
"Trabajador" y "trabajo" no son lo mismo
01 mayo 2010
Dos cosas para hoy:
- Ayer le prendí la tele a Guille para cocinar y escucho en Play House Disney que este sábado es el "Día del trabajo". Me caigo y me levanto. Un montón de gente murió para conseguir derechos laborales y ahora salen con que es el día del trabajo. Esta gente va a lograr infartarme. A ver Disney, su tarea es escribir 100 veces: "El 1º de mayo es el día internacional del trabajador", es muy distinto decir "trabajo" que decir "trabajador" (bu!). Me asombra la capacidad que tiene la tele para deformar/imponer un discurso social determinado.
- Las mujeres hemos logrado finalmente ingresar al mundo laboral. Pero el precio a pagar ha sido muy alto. No nos hemos incorporado como mujeres al mundo del trabajo, sino llevando nuestro disfraz de hombre. Es hora de exigir nuestros derechos y feminizar el mundo laboral. Y no me refiero a llevar un florero al trabajo, me refiero a que seamos aceptadas como iguales aunque estemos embarazadas, demos la teta o criemos hijos pequeños (o grandes). La crianza no es una "pérdida de tiempo", es un hecho fundamental para desarrollar una sociedad mejor. Y no aceptar la maternidad como una etapa de la vida femenina, desprestigiarla, postergar a las empleadas que tienen hijos: todas esas son formas de discriminación de género. Igualdad en la diferencia. Igualdad en serio.
¡Feliz día del trabajador para todos!
La foto que ilustra el post es de Eva Ruiz, una de mis amigas de Flickr con quien comparto este proyecto (que por cierto acabamos de inaugurar!). También es escritora, pueden pasar por su blog personal: Son solo palabras. O por su web de fotografía.
¡Gracias Eva! Me fascina esta foto :)
"Consumo, me anulo, me bajo del tren"
24 abril 2010
Bueno, y ahora sí estoy preparada para generar "la" polémica. Ante todo les pido que no se enojen ni se sientan malas madres ;-) y en segundo lugar les confieso que yo también fuia al sitio que voy a criticar. Porque me encanta el pelotero. Pero el otro día me di cuenta de que era demasiado.
¿De qué estoy hablando?
El Museo de los Niños (Rosario) me parece un sitio horrible. Así lo digo, con todas las letras: HORRIBLE.
Y vuelvo a aclarar algunas cosas antes de explayarme. Fui varias veces y hay algunas cositas que "zafan", el pelotero gigante es una de ellas. Seguramente vuelva a ir algún día, el hecho de que no me guste no significa que no vaya a pisarlo nunca más (no soy tan consecuente con mis propias ideas...jaja). Esto lo digo por si me ven re contenta tirándome pelotitas con Guille :)
Bueno, ahora sí me despacho con tranquilidad.
El Museo de los Niños es un mediocre intento de formar niños consumidores. Claro que están buenos los juegos de roles. Y son necesarios. Es super interesante que los niños aprendan y se pongan en lugar de un comerciante, un bancario, un empleado o lo que sea (aunque por cierto, los juegos son todos para ser empleado nunca dueño/empresario). Lo que no es válido es que las ofertas sean "comprar en COTO", ser empleado de un "Mc Donalds", operar en el banco "Santander Río" o ser periodista del grupo "Vila-Manzano" (grupo multimedios del interior). Pienso en lo que nos quieren vender y me dan asco.
Para ejemplificar lo que digo, basta con ver el "rompecabezas" que tienen para que los chicos jueguen. A ver ¿era necesario que fuera algo tan poco sutil? Este fue mi límite: ¡un rompecabezas de la tarjeta de crédito de Santander Río! Por momentos pensé que era una cámara oculta para ver mi cara. Es PATÉTICO que crean que valoro tan poco a mi hija como para hacerla jugar con algo tan feo como un dibujo de la "tarjeta de crédito" de Santander Río!!!! Como dicen los españoles: alucino. Porque a ver, más allá de lo comercial es FEO. Con esto quiero decir que hay cosas para niños que son comerciales y consumistas pero que al menos son lindas. Bueno, este rompecabezas no: es feo, aburrido, chato. Estoy que no lo creo todavía.
¿La única opción para comprar es Coto? ¿No podemos ir a la despensa del barrio en donde, de paso, me venden alimentos sueltos sin tanto envase? No, no podemos.
¿Sólo podemos comer en Mc Donalds? ¿No podemos ofrecerle alimentos de calidad a nuestros hijos o un picnic en el parque? No, no podemos.
¿Sólo podemos leer y escuchar las noticias de un grupo multimedios?¿No podemos tener acceso a información de medios alternativos? No, no podemos.
O eso es lo que quiere hacernos creer este lugar :(
Los carteles de las empresas que patrocinan "la iniciativa" (????) están puestos bien grandes y en colores llamativos: YPF, Louis Dreyffus, Santander, Coto, etc. Y allí se plasma el modelo que nos quieren vender. Y encima, como si todo esto fuera poco: te cobran entrada!!! Imaginate pagando 5, 10 mangos (lo que sea que cueste) para que tu hijo juegue con el rompezabezas de una tarjeta de crédito :S
Tienen también un sector "biblioteca" con libros de pésima calidad y todos rotos. O con libros que no se corresponden con la edad "estimada", por ejemplo encontré un ejemplar de Operación Masacre (??) de Rodolfo Walsh. El resto de los libros, una porquería...deben pensar "total los chicos no leen" (uuuhhhh, quiero hablar de esta frase en una entrada porque me saca!!!!), o peor: "mejor que no lean" :(
No reniego del consumo, a mi me encanta comprar cosas. Soy pésima ahorrando. De lo que reniego es de que me digan en dónde tengo que comprar, qué tengo que comer o en qué banco debería operar. De lo que reniego es de que intenten decirle a mi hija y a otros muchos niños qué diario tienen que leer o qué comida deben comer.
También reniego de que me digan cuál es el modelo de país que debo apoyar. Definitivamente el lugar que me quieren vender en el Museo de los Niños no es aquél en el cual me gustaría vivir. para muestra basta esta foto:
Lo bueno es que voy a educar a mi hija en el libre pensamiento y sé que aunque alguna vez me pida ir a ese sitio va a entender muy bien de qué se trata y va a poder elegir. Ahora yo me pregunto ¿y los que no? Eso me causa tristeza. No me digan que soy mala onda o que me hago mucho drama...ya lo sé ;-)
Mi punto de vista es que hay cosas más bellas para ofrecerles a los chicos. Acá en Rosario las opciones son muchas y definitivamente creo que la oferta pública es mejor que la privada. El rompecabezas basado en una obra de Piet Mondrian que hay en el Jardín de los Niños es infinitamente más bello que el rompecabezas de la tarjeta de crédito ;-) Tal vez sea un poquito "soberbio" intelectualmente...pero es definitivamente más bello.
(Jardín de los niños - Rosario, julio '09)
He dicho :)
Quiero agregar 2 cosas al post:
- Por un lado me parece interesante el concepto del cual hablo Nadia en los comentarios. Lo grave de esto es que en la mente del niño queda asociada la "marca"/"empresa" con la "diversión"/"juego" y esto no es inocente ni casual. Al menos desde mi punto de vista no lo es.
- Y esto lo iba a decir y me olvidé. El museo de los niños cuadra muy bien con el concepto de NO LUGAR porpuesto por el antropólogo francés Marc Auge. Los "no lugares"(en una de sus acepciones) son espacios que repiten estructuras y/o contenidos a lo largo del mundo, no aportan ni incluyen la "identidad cultural" del lugar en el cual están emplazados. Son funcionales a la globalización, que no es mala "en sí"...lo malo es que los niños no tengan una experiencia "diversa" del mundo. Y puedo decirles por mera observación que hay niños que no la tienen.
*el título de la entrada es una referencia a una canción de la murga Contrafarsa y su espectáculo "El tren de los sueños"
* si me ven en el Museo...saldenme!! ;-) Sí, amiga...vamos a ir al pelotero, ya sabés que soy así de malaonda...jajajaja!!!
* capítulo aparte "cumpleaños en el museo" :(
* Lucía, para apagar esta tormenta voy a responder tu invitación jajajaja :D
Reflexiones acerca del burn-out de las madres
25 enero 2010
Leí este artículo gracias a la recomendación del blog Adivina cuánto te quiero. Es un escrito interesante, aunque debo decirles que no estoy de acuerdo con todo. Hay algunas cosas que me gustan y otras que no. La que menos me gusta es que hacia el final la autora propone, para evitar el supuesto burn-out de las madres, que vayamos a trabajar. Es decir, si tenemos muy "quemado el cerebro" por hacer las cosas de la casa, la solución para ella sería "ir a trabajar para distraernos y de paso obtenemos el reconocimiento que no nos dan por hacer el trabajo en casa". No estoy para nada de acuerdo con esto. De hecho, mientras iba leyendo pensaba "En una semana yo tengo este mismo panorama y encima ¡tengo que ir a trabajar!" No sé quién inventó que el trabajo es relajante, pero seguro que fue alguien que tiene un trabajo ¿en la playa?
Mi opinión al respecto es que las madres nos "quemamos" o "agotamos" porque carecemos de "tribu", como dice Laura Gutman en este artículo que a mi me gusta tanto. Pero no creo que la solución sea ir a trabajar y dejar a lo chicos al cuidado de otros (estoy hablando de este tema en particular del agotamiento, no de la "necesidad" que tenemos muchas mujeres de ir a trabajar). Sí creo que muchas veces ese agotamiento produce un distanciamiento o una falta de conexión con nuestros hijos (lo creo porque me pasa). Eso de hacer las cosas en "modo automático" a mi me hace sentir terriblemente culpable...y es como un tabú reconocerlo. ¿Y les soy sincera? yo hasta he jugado con Guille en "modo automático", y me dan ganas de llorar de solo escribirlo. Y eso es maltrato, y todos los días lucho con mi propio desamparo emocional para no hacerlo.
En esta casa estamos en plena época de rabietas (por cierto, me resultó muy útil este artículo que escribe Ale, de Cuatro en la cama), yo estoy al borde del agotamiento intentando terminar un curso, en medio de otro y con un marido que está trabajando 12 horas por día y al que hoy le anunciaron que posiblemente tengan que operarlo de la mano (oh!). Y el lunes que viene vuelvo al trabajo (según la autora debería estar feliz...).
Si van a leer el artículo es probable que se irriten por algunas afirmaciones. Hagan como yo, si les sirve algo lo toman. Y si no...hay que dejarlo ir ;-) por cierto, la autora se limita a "exponer" qué es el burn-out, pero no da muchas soluciones (ah, no cierto: ir a trabajar lo resuelve todo, así le dedicamos "tiempo de calidad"...la mentira más grande inventada desde que la mujer trabaja, en definitiva este artículo es más de lo mismo...mmmm....al final no me gustó casi nada...jaja).
EL AGOTAMIENTO MATERNO
Tres asientos delante de mí, en el tren de alta velocidad, viaja una mamá acompañada de sus dos hijos que cada vez se va poniendo más nerviosa. De repente, levanta el tono de voz y dice en tono amenazador:
—Vas a recibir!
Los demás pasajeros se miran, molestos... Nadie interviene. Ignoro lo que estarán haciendo los niños, pero el nerviosismo de a madre sube un grado:
—jYa lo verás, vas a recibir! Te lo has ganado! Decido abandonar mi lectura, y me acerco al trío:
—Se la ve nerviosa... ¿Necesita ayuda?
—No, gracias.
—Si...
Insisto con delicadeza.
—Sí, gracias, estoy agotada.
Me instalé a su lado para jugar un poco con los niños. Mi mera presencia ya los había calmado. La intervención de un tercero siempre suaviza las cosas, a condición, por supuesto, de que no se dedique a echar más leña al fuego...
Cuando estamos agotados, no podemos pensar en todo. duras penas conseguimos atender lo más urgente. Aquella madre habia conseguido colocar a sus hijos y el equipaje en el tren, había pensado en proveerse de comida y bebida, pero había olvidado coger algo para que se distrajeran. Estaba extenuada y ni contaba con los recursos necesarios para distraerlos.
Violaine Guéritault* dice: «Estaba llenando la lavadora mientras oía el ruido de fondo que armaban mis dos hijos al pelearse por enésima vez durante la mañana. De repente, se oyó un tremendo “ seguido por los aullidos de mi hija. Y m quedé quieta, inmóvil, creo que pensé en algo así como “del suelo no pasa”, o “si grita, es porque aún está viva”. Entonces acaba de llenar la lavadora como una autómata. No sentía nada. Había dejado de pensar como una madre».
Era el detonante. Violaine Guéritault estaba preparando su doctorado sobre el burn-out profesional (*L’épuissement maternel et comnient le surrnonter, Violaine Guéritault, Odile J cob, 2004. Un libro de lectura imprescindible). Inmediatamente relacionó lo que acababa de vivir con su trabajo. En su oficio de madre, estaba atravesando por una fase de burn-out. ¡El agotamiento profesional no es exclusivo del mundo de la empresa, sino que también está presente en el hogar!
Los padres recién estrenados están expuestos a padecer Todas las madres, hasta las que se muestran más serenas, tiene:
una vida cotidiana muy estresante. Una multiplicación de tarea repetitivas, poco o nulo reconocimiento respecto a su labor, he ranos demenciales, un montón de situaciones que escapan de s control, imposibilidad de concentrarse en una tarea sin verse iii terrumpida al menos diez veces... ¡Las 24 horas del día y 365 día al año sin fecha de caducidad...! ¡Porque es imposible dimitir d oficio de madre!
Así pues, silos bebés son tan maravillosos... ¿por qué las madres se agotan tanto? ¿No será que la causa de su agotamiento resida, precisamente, en que no pueden quejarse de «lo maravillosa» que es su situación?
.
Violaine Guéritault establece la lista de los agentes estresantes en la vida de la madre:
• El trabajo materno implica volver a hacer mil veces as mis mas tareas. Tiene que lavar y limpiar. Todo vuelve a estar sucio algunos minutos más tarde, privando a la mujer de ese sentimiento de tarea hecha que da sentido y energía al trabajo.
• Una madre vive numerosas situaciones sobre las que no tiene ningún control. Le gustaría ser capaz de proteger a su hijo de todo, pero a menudo se ve impotente. Y no sólo estamos hablando de accidentes o de percances que requieren hospit lización, sino también, en la vida cotidiana, de los cólicos del lactante, de los dolores de la dentición o de las picaduras de avispa...
• Si hay algo que caracterice a los niños pequeños ese algo es la imprevisibilidad. Por mucho que la madre se planifique el día, lo más seguro es que sus previsiones acaben patas arriba. Justo en el momento en que sale para encontrarse con una amiga, cuando va a colocar al bebé en el cochecito, se da cuenta de que tiene que cambiarle los pañales... Aunque usted sea muy organizada, su pequeño acabará desestabilizándole el horario. No es nada raro que, al llegar la noche, algunas madres, sintiéndose abatidas, lleguen a pensar que «no he hecho nada en todo el día».
• Todo trabajo merece recompensa... No obstante, parecería que eso no se aplica al trabajo de madre. Se la idealiza y honra como es debido el Día de la Madre, pero en su vida diaria recibe muy poco reconocimiento por parte de los demás; para la gente, no hace más que cumplir con su deber.
• A todo ello hay que añadir que una madre no tiene derecho a cometer errores. Ella misma se pone el listón muy alto, y se desespera al comprobar la diferencia existente entre el modelo de lo que querría ser y lo que vive cada día.
¿Quién se encarga de apoyar a las madres? En el plano psicológico, la mayoría de las veces están solas frente al niño. En ocasiones, pueden acudir a alguna institución de las que se d dican a acoger a las madres y a los bebés durante unas horas, pero por lo general cuentan con pocos lugares preparados para escucharlas. La inmensa mayoría de la gente prefiere creer que, para sentirse felices y colmadas, les basta con estar junto a sus adorados y encantadores hijos. No quieren oír que a veces les entran ganas de estrangularlos. ¿Y qué pasa con el marido?, pues que, cuando éste vuelve del trabajo, o bien ella no se atreve a pedirle nada por temor a que vuelva a salir pitando, o bien descarga sobre él tal avalancha de quejas, que el pobre hombre no sabe qué hacer con ellas. También puede suceder que su marido le conteste que ella no tiene que volver a trabajar, o que Martine —o lo que es peor, su madre, es decir, su suegra—, sabe arreglárselas bien... En resumen, no se puede decir que la apoye demasiado.
En general, la mujer que se queda en casa se encarga de todos los quehaceres domésticos. En vez de intentar ayudarla para que no se canse en exceso, algunas veces el marido hasta espera que también se ocupe de él. «¿una asistenta? ¡Ni pensarlo!», se dicen más o menos conscientemente las mujeres. «Si mi madre podía con todo, ¿por qué yo no?» Además, muchos maridos no ven la necesidad de ese gasto «ya que no tienes otra cosas que hacer durante todo el santo día».
Reconozcámoslo, es indudable que cuando el reparto de las
tareas del hogar no está equilibrado, el amor que la madre siente por su hijo puede salir perjudicado.
¿Les parezco trivial? ¿Opinan que exagero? ¿O acaso son de
los que creen que el amor de una madre no puede depender de la vajilla o del aspirador? ¡Pues yo afirmo que sí!
Demasiada ropa que lavar, demasiados suelos que fregar, demasiados platos que cocinar y lavar... Todo ello puede llegar a alterar la capacidad de amar de una madre.
De hecho, no es tanto la tarea en sí misma la que obstaculiza el amor como el sentimiento de injusticia. Una injusticia que rara vez se ve reconocida como tal. Una injusticia que se halla resumida en esta constatación cotidiana: cuando él le cambia el pañal al bebé, lo encontramos maravilloso, pero cuando lo hace ella, nadie la admira. Es lo «normal». Un hombre, que ejercía de padre de familia, un día me dijo: «Día tras día me doy cuenta de lo injustas que son las cosas para mi mujer. Si yo hago cien, me fe licitan y me adulan, pero si ella hace mil, nadie lo ve». Este padre mostraba un grado de concienciación bastante excepcional tanto entre los hombres como entre las mujeres. Y hasta cuando di cha concienciación existe, lo normal es que la injusticia no desaparezca porque está grabada en lo más profundo de la sociedad. Con todo, también hay otros maridos menos sensibles que no consiguen ver el problema, y que hasta pueden llegar a desvalorizar, humillar y culpabilizar a sus mujeres cuando se quejan o no logran alcanzar sus objetivos.
En el hogar, muchas veces la mujer se ve obligada a reprimir ira: la relacionada con la frustración, con la injusticia, y a veces que le provoca la herida que le inflinge un marido inconsciente cuando no poco delicado.
las mujeres que viven solas tienen tantas dificultades como demás. El rencor que se mantiene en secreto es lo que impide que florezca el amor, y no la falta de un hombre.
La sociedad espera que las mujeres sepan ejercer bien su papel, como si fuera algo innato. Tienen fama de ser buenas profesionales, mientras que algunos hombres no pasan de ser considerados meros aficionados. Pero la realidad es que no saben mas que los hombres. Bien es verdad que las mujeres secretan las hormonas del afecto y que llevan el biberón integrado en su cuerpo, pero en sus genes no hay nada inscrito acerca de cuál es la mejor marca de pañales, de las vacunas o de las relaciones con los profesores. Por no hablar de que tienen que ir adaptándose continuamente. Con los hijos nunca puede darse nada por ganado: los niños crecen y cambian. Y no hay dos hijos iguales.
Al cabo de un cierto tiempo, la madre no puede más. Violaine Guéritault* describe muy bien la primera fase del burn-out: el depósito de energía se vacía. La madre padece agotamiento emocional y físico provocado por la necesidad de ir adaptándose permanentemente.
Si la madre no encuentra ayuda ni apoyo, si no puede liberar su sobrecarga de estrés, corre el peligro de llegar con bastante rapidez al segundo estadio: el de la despersonalización y el distanciamiento.
¡Ella sabe que tiene que seguir funcionando pero no sabe cómo! Su única salida consiste en separarse inconsciente y emocionalmente de la fuente del estrés, con el fin de minimizar las fugas de energía y de continuar realizando, como un autómata, las tareas de las que no se puede librar. La madre agotada se ocupa de su hijo, pero sin afecto. Lo hace, y punto. Todas nosotras hemos pasado por esos momentos de completo agotamiento. Hacemos lo que toca que hacer: preparar la comida, vaciar la bañera, quitar la mesa y acostar a los niños, pero todo de un modo automático
Cuando el agotamiento nos invade, ese modo automático se vuelve permanente. La madre se aleja cada vez más de sus hijos. Ya no está afectivamente a su lado. Cuando una madre se siente sola cae en la depresión. Es cada vez menos eficaz, todo le pide un esfuerzo inmenso y pone en duda sus capacidades. Ciertas tareas que antes llevaba a cabo, como telefonear o rellenar formularios, le parecen algo irrealizable. Poco a poco, se va deslizando hacia la tercera y última fase del burn-out. Gritos, golpes, castigos..., la madre hace todo aquello que nunca hubiera querido hacer a sus hijos, con el resultado de que, evidentemente, las cosas empeoran; es un círculo vicio so. La clase de madre que ve en sí misma, es decir, aquella en la que cree haberse convertido, está tan lejos de la madre con la que soñaba llegar a ser, que hasta puede llegar a preferir borrar de un plumazo todos sus proyectos. Después de haber perdido la motivación y con la autoestima por los suelos, reniega de todo lo que ha hecho, de todos sus logros, pasados, presentes y futuros.
Y aunque no todas las madres caigan en la depresión, una inmensa mayoría —por no decir todas— pasan por una fase fugaz, recurrente o prolongada de agotamiento.
El burn-out no aparece porque la mujer sea un ser más o me nos frágil. Ni tampoco por el hecho de que el pasado de una mujer haya sido más doloroso que el de otra, sino que es el resultado de la interacción con su entorno. De nada sirve darle medicamentos, ya que no es a ella a la que hay que atender, sino a su entorno, que tiene que sufrir una remodelación. Asimismo, no es una patología exclusiva de las mujeres. Una pediatra suiza ha demostrado que a los padres les pasan exactamente las mismas cosas cuando son los que se quedan en el hogar para ocuparse de sus bebés.
En estas condiciones tan difíciles, es fácil comprender que a veces el vaso esté lleno y que los hijos hagan que rebose. Una madre agotada, invadida por el burn-out, se desvincula de su hijo. Cada vez consigue dominarse menos. Se ve a sí misma como si fuera una prisionera y se siente explotada por su hijo. Puede rebelarse contra las exigencias de este último, viéndolo como un tirano y llegado a odiarle por ello... Y a veces ese odio puede llegar a ser tan intenso que puede llegar a borrar sus sentimientos maternales. Me absorbe por completo —decía Camille—. No lo aguanto más. Es terrible decirlo, pero no siento nada por mi hijo. A veces me ocupo de él como si fuera un autómata, pero enseguida consigue sacarme de mis casillas. Si no hace inmediatamente lo que le pido, me vuelvo loca.»
¿Acaso Camille es una mala madre? «No es maternal», opina su suegra. Siguiendo mis consejos, Camille volvió a trabajar y poco a poco fue volviendo a querer a su hijo. Ahora le encanta jugar con él. (la negrita es mía: ¿qué estupidez es esta? Este artículo me está enojando más de lo que pensé. Luisina) ¡Sencillamente lo que pasaba es que se hallaba en una fase extrema de burn-out!
Emociones reprimidas, autodesvalorización, alejamiento emocional, distancia afectiva, impotencia, frustración... ¡El cóctel es explosivo! Cuando una madre «se rompe» y maltrata a su hijo, toda la sociedad tiene que asumir la responsabilidad de ello, y no ella sola.
Leído gracias a Adivina cuánto te quiero. A su vez la lectura del artículo la hice en el foro Entre Comadres, en el mismo se menciona como fuente el libro "Los padres perfectos no existen" de Isabelle Filliozat, pueden leer el primer capítulo de dicho libro aquí.
¿La leche del bebé?
21 diciembre 2009
Ayer, gracias a Cecilia -de la Red Social Familia Natural- me acordé de la publicidad de Sancor Bebé en la que venía pensando desde ya hacía unos días y me gustaría comentar lo que pienso al respecto. Básicamente estoy en contra de toda publicidad que difunda el uso de leches de fórmula. Casi todas violan el Código de Sucedáneos para la Leche Materna dispuesto por la OMS y las disposiciones del Ministerio de Salud de nuestro país. Sin embargo siguen apareciendo: una detrás de otra. Como no se permiten publicidades con bebés chiquitos tomando mamadera, usan a bebés que ni siquiera gatean para promocionar leches "Etapa 3" (que corresponde a un año o más), como es el caso de la conocida marca Nutrilón.
Pero el colmo de este tipo de publicidades es la de Sancor Bebé. Me parece absolutamente descarada. Mi intención no es juzgar aquí a las madres que no lactan porque no han podido o porque no han querido (yo misma estoy entre las que no han podido, lo conté millones de veces en este blog). Para nada, cada familia y cada crianza son únicas, y por lo tanto, cada lactancia también. Pero creo que la mamá que no puede o que decide no dar el pecho sabe muy bien qué fórmula darle a su bebé porque se lo indica el pediatra (o al menos sería esperable que fuera así). Creo que las leches de fórmula deberían ser un recurso que se utilice como última opción y NO deberían jamás ser tratadas como un objeto de consumo que nos quieran vender, con cancioncita pegadiza incluída y todo. Por otra parte, esa canción que tanto se nos pega, afirma -de forma peligrosa- que la leche de fórmula hace a los chicos más inteligentes y con dientes más sanos, además de afirmar otras cosas en forma pretendidamente "inocente". Por cierto, el "1, 2, 3" que pertenece a la versión original de la canción tal vez pueda parecer "azaroso", pero acostumbrada a leer entre líneas como estoy -o a ser muy retorcida, jaja- identifico el "1,2,3" con las 3 etapas de la leche Sancor Bebé: Sancor 1(de RN a 6 meses), Sancor 2 (de 6 meses al año) y Sancor 3 (de 1 a 3 años), y me parece aún más descarado. Y un cierre de oro: "Sancor Bebé 3. Mucho más que leche" (?????????) No resiste análisis, diría un amigo mío.
La versión original ya la conocía hace mucho, se llama La sopa del bebé y pertenece al CD Piojos y Piojitos II. Lo que no había visto nunca es el video tan lindo que nos linkeó Ceci, se los dejo acá así lo disfrutan y de paso no se nos "pega" la de Sancor Bebé "3".
Ya que hablamos de lactancia, aprovecho para pasarles un mensaje que posteó hoy una de las chicas del foro (LauraN): "Estamos buscando dadoras de leche materna, para Valentino que perdió a su mamá. Por favor, contactarse al siguiente mail: paravalen@gmail.com ". Muchas gracias por difundir o colaborar :)
¿Vacunas "extra"?
22 octubre 2009
Guille tiene todas sus vacunas al día. Las del calendario de vacunación de Argentina y algunas optativas. Se las dimos sin averiguar nada. Como la gran mayoría de la gente, hicimos lo que el pediatra nos recomendó. Cuando me sumé a la Red Social Familia Natural conocí toda la controversia que existe en torno al tema vacunas. Me informé, leí, opiné y determiné que iba a seguir poniéndole las vacunas a Guille. Creo que son necesarias y que vale la pena correr el riesgo. Es más, creo que la gente que no vacuna a sus hijos (aunque sea con un plan limitado o personalizado) aprovecha los beneficios de que la generalidad de la gente si vacune a sus hijos. Eso es lo que pienso yo, no quiere decir que sea cierto...es sólo una opinión, pero creo que si no le ponés las vacunas a tus hijos y no se enferman no es porque no eran necesarias; sino más bien porque el virus no está activo gracias a los que sí vacunamos.
Más allá de toda esta controversia, que tiene varias aristas y es difícil resumir aquí, quiero hablar acerca de la Campaña de Vacunación contra el Sarampión y la Poliomielitis que por estos días -y hasta el 31 de octubre- se está llevando acabo en mi país. La campaña es para niños entre 0 y 5 años. En algunos de los sitios que la difunden he leído "es la oportunidad de darle una dosis extra", "no importa si ya tiene la vacuna". Me parecen afirmaciones completamente desafortunadas. Las vacunas no son inócuas, tienen riesgos (algunas más conocidos que otros) y vale la pena informarse en lugar de ir poniéndoles vacunas por ahí a nuestros hijos "porque son gratis". ¿Y quién tendría que informarnos? Aquellos que llevan adelante la campaña ¿o no? Porque pasa lo mismo de siempre: difunden las bondades y no los riesgos.
Yo me pregunto: si mi hija tiene su plan de vacunación nacional completo más algunas vacunas optativas ¿por qué repetiría durante el mismo año la dosis de una vacuna que ya tiene?¿Para qué duplicar los riesgos y/o efectos adversos? Y algo aún más grave ¿qué sugieren?¿que el plan nacional de vacunación no es lo suficientemente seguro?
A Guille el mes que viene le toca la Sabin y tal vez se la de en el marco de la campaña, los últimos días de octubre, pero porque le toca por el plan de vacunación. No veo -ni entiendo- cuál es el sentido de repetir vacunas en forma innecesaria. Si por ejemplo le hubiera tocado la Sabin en septiembre ¿se la tendría que volver a colocar sólo porque apareció la dichosa campaña gratuita? Definitivamente yo no lo haría. Sí respeto el calendario de vacunación, pero me niego rotundamente a darle vacunas de más.
¿Y ustedes?¿Qué piensan de las vacunas? Si tienen ganas lean los links, hay información importante y útil ;-)
De reemplazos y cunas
30 julio 2009
Recorriendo sitios de diseño para habitaciones infantiles encontré este video que me dejó llorando. Si están sensibles, no lo vean: es realmente indignante.
Se trata de una cuna robotizada llamada Suima que se alquila en Japón por unos 80 euros y fue desarrollada por la Universidad de Kyushu (qué cráneos). Cuenta con un dispositivo que hace que la cuna se empiece a mover cuando el bebé que esta allí dentro (abandonado?) llora. La particularidad es que, según los expertos, se mueve "al ritmo del corazón de la madre". Claro que nada es tan simple ni se siente tan bien como los brazos reales. Y si el bebé finalmente se duerme no es porque se haya "calmado", es porque entendió que su llanto no es escuchado y que no puede esperar nada de aquellos que lo cuidan. Ante esta situación, mejor dormir y olvidar que aquellos de quienes espera brazos, contención, amor lo dejaron abandonado en esa cuna.
Lo peor del video son las "risas" de fondo que se escuchan, incluso sobrepasando al llanto del bebé. Qué soledad debe sentir ese bebito, ¿no? Evidentemente está aprendiendo de manera eficaz lo "rudo" que es este mundo. ¿Esto no es abandono de persona?
Muy triste.
Se trata de una cuna robotizada llamada Suima que se alquila en Japón por unos 80 euros y fue desarrollada por la Universidad de Kyushu (qué cráneos). Cuenta con un dispositivo que hace que la cuna se empiece a mover cuando el bebé que esta allí dentro (abandonado?) llora. La particularidad es que, según los expertos, se mueve "al ritmo del corazón de la madre". Claro que nada es tan simple ni se siente tan bien como los brazos reales. Y si el bebé finalmente se duerme no es porque se haya "calmado", es porque entendió que su llanto no es escuchado y que no puede esperar nada de aquellos que lo cuidan. Ante esta situación, mejor dormir y olvidar que aquellos de quienes espera brazos, contención, amor lo dejaron abandonado en esa cuna.
Lo peor del video son las "risas" de fondo que se escuchan, incluso sobrepasando al llanto del bebé. Qué soledad debe sentir ese bebito, ¿no? Evidentemente está aprendiendo de manera eficaz lo "rudo" que es este mundo. ¿Esto no es abandono de persona?
Muy triste.
Visto en éste blog
La respuesta está soplando en el viento
04 julio 2009

Foto: Treyevan (Flickr Creative Commons)
El tema de la pandemia de Gripe A en Argentina ha puesto de manifiesto, más que nunca, el hecho -insólito desde mi punto de vista- de que los lugares para nacer sean los mismos en donde la gente muere o se enferma. Sí, claro que el hecho del nacimiento está irremediablemente unido a la muerte, ya que vida/muerte son partes indisolubles de un proceso.
Pero, ¿cómo podemos aceptar tan fácilmente -casi como si fuera natural- que nuestros hijos nazcan en lugares repletos de virus intrahospitalarios y de gente enferma? Lo más increíble es que una de las cosas que escucho cuando se habla de parto en casa es la pregunta "¿Pero cómo alguien va a tenerlo en la casa?¿Y los gérmenes?¿Y la suciedad? ¡No! El sanatorio es estéril..." Por estos días vemos cómo nos han hecho creer esto, lo han naturalizado a tal punto que todos creemos que lo mejor es ir a parir a un sanatorio.
Tal vez es hora de pensar y proyectar lugares nuevos. Espacios en donde las mujeres puedan dar a luz sin correr este tipo de riesgos, sin exponer a bebés recién nacidos a lugares poblado de gérmenes que sí constituyen una verdadera amenaza. Y no necesariamente tendría que ser el hogar. También podrían existir "casas de maternidad" o centros en donde sólo hubiera nacimientos, como de hecho los hay en otros países. Así, al menos, nos sacaríamos de encima el problema que se ha generado por estos días en Argentina: los sanatorios están desbordados por la epidemia de Gripe A y las mujeres que dan a luz en dichos centros se exponen -tanto ellas como sus bebés, claro- a contraer la enfermedad.
Tal vez es hora de pensar y proyectar lugares nuevos. Espacios en donde las mujeres puedan dar a luz sin correr este tipo de riesgos, sin exponer a bebés recién nacidos a lugares poblado de gérmenes que sí constituyen una verdadera amenaza. Y no necesariamente tendría que ser el hogar. También podrían existir "casas de maternidad" o centros en donde sólo hubiera nacimientos, como de hecho los hay en otros países. Así, al menos, nos sacaríamos de encima el problema que se ha generado por estos días en Argentina: los sanatorios están desbordados por la epidemia de Gripe A y las mujeres que dan a luz en dichos centros se exponen -tanto ellas como sus bebés, claro- a contraer la enfermedad.
Pero no, el paradigma del parto medicalizado sigue ganando la batalla. Y a su paso, arroja más muertes de las que se contabilizan en los partos respetados. Basta con leer las estadísticas para darse cuenta de ello. Y como mujeres, seguimos exponiendo nuestros cuerpos al maltrato y al abuso. ¿No ha llegado el momento de cambiar el paradigma?
"La respuesta mi amigo, está soplando en el viento"
Bob Dylan
Orgullosa de ser una madre insufrible
29 abril 2009
Hoy le compré a Guille la revista "La valijita", apéndice del clásico Billiken pero en formato exclusivo para niños en edad preescolar. La razón por la cual la compro es que me sale mucho más barato que un libro y entonces, puedo disfrutar de que Guille la rompa, la chupe, la desarme, le dé de comer los pedacitos al perro, etc. Aparte de la revista en sí, todos los meses trae como suplemento un "cuento tradicional" de diferentes lugares del mundo con excelentes ilustraciones. Le doy la revista y le guardo el librito con el cuento para cuando sea más grande. Además de la revista y el libro trae un suplemento para padres y maestros, llamado "El ABC de los chicos", de dudosa calidad.
Una vez que hube desarmado el paquete, guardado el librito y entregado la revista a su dueña, empecé a hojear el suplemento para padres. Me detuve ante una especia de "editorial" titulada Los padres insufribles. Contenta pensé: "Bueno, al fin alguien que se queja de los padres que dejan llorar a sus bebés, que los tironean del brazo, que los sacuden y los tildan de caprichosos". Pero mis expectativas se desarmaron ante las primeras palabras de la nota. Resulta que para la autora, padres insufribles somos aquellos que respetamos a nuestros hijos.
Cito un párrafo iluminador acerca de su punto de vista:
"Basta con que vayas a su casa para que te des cuenta de que en algún punto dejó de serlo. De entrada, ves una decoración muy cambiada. En función de que la nena no se lastime, no quedan rastros de adornos por ninguna parte. Las fotos de vacaciones en pareja, de amigos y de fiestas, fueron reemplazadas por fotos de la gorda, desde que nació hasta el día de la fecha".
La verdad es que no entiendo cuál es el punto, ¿qué tendría que hacer si tengo una pequeña exploradora en casa?¿dejar todos los adornos a su alcance y vivir peleando con ella para que no los toque?¿a qué persona le puede molestar que yo no tenga la decoración de última moda cuando viene a visitarme? Seguramente esta autora me propondría la opción de colocarla en un práctico corralito o andador...para que no ande por ahí tocando todo. Tampoco entiendo por qué me puede llegar a gustar más la foto de una fiesta que una de mi hija (???)
Pero, no conforme con esto, sigue:
"Claro que los niños ocupan un lugar en nuestro corazón pero, ¿es necesario que ocupen cada segundo de tu vida y cada espacio de tu cerebro? Pienso en los pobres chicos que tienen que pedir permiso para poder respirar un aire que no haya sido exhalado por sus progenitores".
No, mi hija no solamente ocupa "un lugar en mi corazón" (palabras que, de tan gastadas, ya no dicen nada), también es parte de mi vida. Es lógico que no estoy todo el tiempo pensando en ella, imaginen que ante un aula de 30 adolescentes no se puede pensar mucho en otra cosa que no sea exactamente en dar todo de mi para que esa clase sea lo mejor posible. Pero a mi hija no le doy de lástima "un lugar en mi corazón", ella es mi corazón, el motor que mueve cada uno de mis días desde que nació. Y una cosa más, creo que "pobres chicos" son aquellos condenados a respirar durante más de 8 horas por día el aire que sus progenitores no respiramos. Muchas veces, no son los padres los culpables de esta situación sino la extrema necesidad de trabajar y la poca flexibilidad en los horarios de trabajo que padecemos todos hoy en día. Pero de ahí a plantear que las que disfrutamos de estar bastante tiempo con nuestros hijos los ahogamos hay una distancia infinita. Lo único que hacen desde estas publicaciones es justificar el asfixiante circuito de trabajo que deben padecer hoy las familias. El mensaje sería: trabajá, producí, corré a luchar por tu progreso, por tu carrera...le hacés muy bien a tu hijo, así no lo ahogás.
No quiero dejar de compartir con ustedes el final de la nota:
"No conozco hasta el momento un instituto de recuperación para este tipo de padres, algo así como PI Anónimos (este término los usa durante toda la nota para referirse a los padres insufribles), pero sé que en algún momento de la vida, se recuperan".
Cuando la fusión emocional dé paso al camino de la autonomía, seguramente me recupere y la decoración de la casa vuelva a ser "adulta". Pero mi hija seguirá siendo parte fundamental de mi vida.
"El ABC de los chicos" o cómo estar cada día más lejos de cambiar el mundo.
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Luisina Serenelli
Docente // Fotógrafa // Blogger //Feminista // Doula// Escritora // Lectora incansable // Mamá de Guille y Emi // Enamorada de David // En permanente deconstrucción y construcción