De reemplazos y cunas
Se trata de una cuna robotizada llamada Suima que se alquila en Japón por unos 80 euros y fue desarrollada por la Universidad de Kyushu (qué cráneos). Cuenta con un dispositivo que hace que la cuna se empiece a mover cuando el bebé que esta allí dentro (abandonado?) llora. La particularidad es que, según los expertos, se mueve "al ritmo del corazón de la madre". Claro que nada es tan simple ni se siente tan bien como los brazos reales. Y si el bebé finalmente se duerme no es porque se haya "calmado", es porque entendió que su llanto no es escuchado y que no puede esperar nada de aquellos que lo cuidan. Ante esta situación, mejor dormir y olvidar que aquellos de quienes espera brazos, contención, amor lo dejaron abandonado en esa cuna.
Lo peor del video son las "risas" de fondo que se escuchan, incluso sobrepasando al llanto del bebé. Qué soledad debe sentir ese bebito, ¿no? Evidentemente está aprendiendo de manera eficaz lo "rudo" que es este mundo. ¿Esto no es abandono de persona?
Muy triste.
"Y el sol siempre saldrá..."
Portabebés del mundo
Portabebés del mundo
El primer viaje de nuestra hija
Lago Lacar, San Martín de los Andes, Neuquén
Lago Hechelafquen, Volcán Lanín al fondo. Parque Nacional Lanín
Camino a Villa Traful por la ruta de los 7 lagos
Lago Traful, Villa Traful, Neuquén
Isla Victoria, Parque Nacional Nahuel Huapi, Río Negro
Pinos en Isla Victoria
Gaviotas en el Lago Nahuel Huapi, Bariloche, Río Negro
Parque Nacional Lago Puelo, Chubut
Mirador en el Parque Nacional Lago Puelo
En la Terminal de Ómnibus de Bariloche, la mochila la tuve ese segundo, la llevó David todo el viaje ;-)
"La maravilla del vínculo afectivo" por David Chamberlain
A raiz de este comentario empecé a buscar información sobre el doctor David Chamberlain, quien llevó a cabo numerosos estudios acerca de psicología pre y perinatal. No consigo su libro en Argentina (se trata de "La mente del bebé recién nacido"), pero en la web española Que no os separen encontré este bellísimo artículo del Dr. Chamberlain, vale la pena leerlo. En el próximo post les cuento cómo estoy aprendiendo a relacionar algunas cosas que me ocurrieron en mi embarazo con determinadas actitudes que veo hoy por hoy en Guille.
En la web mencionada hay muchísimos artículos valiosos, si se dan una vuelta van a encontrar mucho para leer.
«Cuando no se ha podido establecer el vínculo afectivo, sobre esa relación pende, como una sombra, una inexplicable falta de intimidad» Crear vínculos es bastante sencillo, pero no siempre fácil; puede ocurrir, pero igualmente, puede que no ocurra y, por muy extraordinario que parezca, algunos han entendido mal el concepto y lo hicieron parecer innecesario.
Crecer desde la amorosa conexión de corazones que une a los padres con las madres va a ser el punto de partida del nuevo vínculo amoroso que van a tener ellos con los bebés que co-crean. Cuando tiene lugar la concepción los padres dirigen sus pensamientos de forma natural hacia el futuro bebé. Incluso cuando inicialmente están sorprendidos por el embarazo (caso bastante frecuente), normalmente se adaptan con rapidez a la nueva situación, abrazan al bebé emocionalmente, lo celebran y empiezan a organizar sus vidas en función de este gran acontecimiento. El término científico utilizado para este proceso es el de crear vínculos.
En 1976 este nuevo término apareció por primera vez de forma silenciosa en el mundo a través del título de un libro, «Crear vínculos materno-infantiles», escrito por dos profesores americanos de pediatría, Marshall Klaus y John Kennell. Con las publicaciones actualizadas en 1983 y 1995 la importancia revolucionaria de este concepto llegó a establecerse y hoy en día es una expresión familiar en todos los idiomas del mundo. Sin embargo, la gente todavía pregunta, «¿qué es?», «¿crear vínculos es un proceso real, verdadero y necesario?» Y finalmente la pregunta práctica: «¿cómo hay que hacerlo?» Crear vínculos es igual de sencillo (y misterioso) e igual de fácil (o difícil) que el amor mismo. Normalmente el amor que sienten los padres hacia sus bebés no supone ningún esfuerzo y es espontáneo, pero, tal como observaron Klaus y Kennel hace un cuarto de siglo, hay cosas pueden interferir en esta conexión valiosísima y como resultado la vida puede arrancar en la dirección equivocada. Es un hecho comprobado: algunas madres y padres no desarrollan nunca este esperado apego. En su lugar, afirman sentirse desvinculados de aquel niño en particular a pesar de no saber el motivo. Pueden pasarse años buscando con ansia algún camino para establecer esta conexión de corazones que, de alguna forma, falló al principio. Los fallos en la creación de vínculos pueden tener verdaderamente consecuencias dolorosas. Una falta inexplicable de intimidad pende sobre su relación diaria como un sombra. Confianza y verdadera amistad parecen cosas imposibles de alcanzar. Por mucho que intenten complacerse unos a otros, siempre los separará un vacío. Otros tipos de daños pueden ser más imperceptibles. Klaus y Kennell descubrieron que las madres separadas de sus bebés por un período de tiempo muy largo después del parto se quedaban con dudas acerca de su situación: ¿de verdad tenían un bebé? El parto parecía más bien un sueño. Dudaban de que el hospital le hubiera dado el bebé correcto. En madres desvinculadas, la lactancia no tenía tanto éxito o, si se elegía esta posibilidad, el proceso se interrumpía prematuramente. Estas madres parecían más confusas que seguras de sí mismas y se sentían dudosas a la hora de aprender la rutina del cuidado diario del bebé. En casos más extremos la irritabilidad y rabia hacia el bebé crecían hasta llegar al abuso infantil: estos bebés de madres desvinculadas presentaban una mayor probabilidad de volver lesionados al hospital. Un estudio de 1994 sobre 8.000 mujeres mostraba que los bebés no deseados tienen un riesgo 2,5 veces mayor de fallecer en los primeros 28 días después del parto. De una forma inexplicable los bebés de las madres desvinculadas pueden no lograr subir de peso o caer enfermos. Durante la última década, en una serie de estudios clínicos en California se descubrió una correlación importante entre los fallos aparentes de vinculación y la frecuencia del asma en los niños. Hechos como éstos demuestran que el vínculo afectivo es una realidad profunda y conlleva una variedad de consecuencias para bien o para mal.
«Cuando no se ha podido establecer el vínculo afectivo, sobre esa relación pende, como una sombra, una inexplicable falta de intimidad» Cuando aparecieron por primera vez los estudios sobre la vinculación afectiva resaltaron la importancia del «período crítico» inmediato después del parto, cuando tendrían lugar una cadena de milagros, anteriormente dejados íntegramente en manos de la Madre Naturaleza. La química del cuerpo asociada con el trabajo de parto y el expulsivo lleva a madres y bebés a un íntimo acercamiento donde el mero contacto de los labios del bebé con el pezón estimulan una cascada de hormonas del amor que bendicen tanto a la madre como al bebé. Estas hormonas favorecen la expulsión de la placenta, ayudan a contraer y
recuperar el útero, reducen el sangrado postparto y facilitan la subida inicial del valioso calostro y posteriormente, de la leche materna. Mientras tanto, el neonato estaría en un excepcional estado de «alerta tranquila» que favorece el rápido aprendizaje y la toma de contacto personal durante una hora más o menos después del parto -antes de caer en largos períodos de sueño. Durante este corto período de posibilidades, si no son molestados, el bebé y la madre entran en una especie de embelesamiento, mirándose mutuamente y experimentando una serie de emociones y sensaciones físicas placenteras ampliadas en el nuevo entorno fuera del útero. Muchos hechos de este tipo resaltan la compleja orquestación vital del nacimiento y les dan a los lazos afectivos su carácter milagroso y necesario. Estas secuencias del parto, tan positivas y naturales, eran la norma para la mayoría de los humanos hasta mediados del siglo XX, cuando los partos cambiaron de repente el escenario hogareño por los hospitales, los cuidados de las matronas (en su gran mayoría mujeres) por los de los médicos (en su mayoría hombres)y las prácticas comunitarias por los protocolos médicos. Estos cambios desgarradores eran algo más que cambios de emplazamiento: la filosofía y la práctica también cambiaron. Los partos tenían lugar a través de la «atención controlada» por parte de profesionales ajenos a la familia -ellos hacían (e imponían) todas las reglas.
«Durante el período crítico después del parto tienen lugar una cadena de milagros químicos que llevan a la madre y al bebé a establecer un estado de embelesamiento básico para el desarrollo del vínculo afectivo» Así empezó a caer un velo de misterio sobre los partos mientras a los padres, familiares y amigos se les prohibía participar de este evento. Durante una generación, solamente las enfermeras y los médicos sabían lo que ocurría detrás de las puertas cerradas, anulando de una forma muy eficiente cualquier educación natural de los niños, mujeres jóvenes, madres y otras ayudas potenciales para los futuros partos. Las normas de los hospitales mandaban a los recién nacidos al nido inmediatamente después del parto, a menudo antes de que las madres o padres pudieran verlos o tocarlos. El tipo de privacidad que la nueva familia necesita para relacionarse unos con otros -un rasgo esencial del parto desde los comienzos del tiempo- fue erradicado mientras la separación y el aislamiento llegaban a ser la prioridad principal. Históricamente, cuando los argumentos sobre el vínculo afectivo aparecieron en los años 70, el descarado control médico sobre los nacimientos estaba en su apogeo, después de haberles quitado todo el poder a los padres y haber hecho el parto natural prácticamente imposible. En el parto visto como un proceso «científico» habían desaparecido casi todos los significados humanos y personales que habían alentado los hombres y las mujeres durante miles de años. Se habían violado las necesidades psicológicas esenciales de los padres y los bebés por igual. Si uno se pregunta cómo pudo crecer tan rápidamente una nueva cultura tan radical del parto tendrá que tener en cuenta el enorme poder y gancho de la ciencia en el siglo XX. Añádase a esto el miedo subyacente asociado siempre a la incertidumbre del parto y se podrá sacar la conclusión de que la gente estaba deseosa de ver en la ciencia una garantía para el parto seguro y perfecto -una ilusión que no está todavía reconocida como tal. Analizando otra faceta de la ciencia podemos explicarnos el derribo repentino del parto tradicional. Durante el pasado siglo XIX, con el desarrollo del estudio científico del sistema nervioso y del análisis científico de la gestación, nacimiento e infancia, una ciencia demasiado segura de sí misma -y esto incluye por igual, medicina y psicología- enseñaba que los bebés no tenían esencialmente ni sentidos físicos ni mente. Los recién nacidos -insistían los expertos- no tenían todavía capacidad para el dolor y, aunque parecieran tener dolor, éste sólo era un reflejo, no una experiencia personal. Este razonamiento se utilizaba para justificar la cirugía mayor y las operaciones con complicaciones en bebés sin anestesiar, sólo con analgésicos hasta ¡hace sólo 16 años! Para empeorar las cosas, las mismas autoridades anunciaron que los recién nacidos no tenían posibilidad alguna de recordar cualquiera de las experiencias vividas en el útero o al nacimiento-independientemente de la naturaleza de estas vivencias. Los psicólogos, de hecho, enseñaban que los neonatos ni siquiera reconocen a sus progenitores como padres, sino solamente como objetos en un mundo lleno de otros objetos. Con este conjunto de creencias -desde entonces se ha demostrado que todas son falsas- ni los médicos ni los padres tenían por qué preocuparse sobre las malas experiencias que podía tener un bebé antes o después del nacimiento. Como eran virtualmente sordos, mudos y ciegos, los obstetras podían tratarlos de cualquier forma que ellos considerasen necesaria. Por desgracia, estas opiniones penetraron en los protocolos de tratamiento rutinario seguidos por todos los obstetras. Un poco más tarde, los protocolos de tratamiento que se iban a utilizar en la nueva especialidad de neonatología con los recién nacidos más débiles se elaboraron en base a los mismos falsos fundamentos. En definitiva, si un bebé no tenía ni sentidos, ni psique, ¿cómo iba a darse cuenta de que le estaban dando múltiples puntos, cortes con bisturí y cirugías de otro tipo? ¿Y cómo podía notar la diferencia entre pecho y biberón?. Muchos padres se dejaron convencer aceptando sin rechistar el nuevo modo científico de dar a luz. Desde nuestra perspectiva de hoy es un hecho desafortunado que las madres y los padres raramente se rebelaron cuando los expertos los avisaron de que tenían que renunciar a las mecedoras, renunciar al parto normal a favor del quirúrgico, sustituir la leche materna por la de vaca, alimentar según un esquema estricto en vez de hacerlo cuando el bebé tuviera hambre, no hacerle caso a los bebés cuando lloraran y crear en su casa un «nido» como el de los hospitales. [...]
«Al cambiar el escenario de los nacimientos de la casa al hospital se violaron las necesidades psicológicas tanto de los padres como de los bebés» Es más, espero que puedan evitar el error que se dice de que crear vínculos es como un pegamento que se endurece en seguida y que consolida a una familia sólo si se aplica durante la hora siguiente al parto. (A finales de los años 70, en una reunión convocada por la Asociación Médica Americana, aunque parezca mentira, los médicos decidieron que 10 minutos era tiempo suficiente para permitir crear vínculo después del nacimiento -visto en retrospectiva parece un ejemplo divertido de la teoría del pegamento aplicada por los médicos). Tal como lo entendemos ahora, el hecho de crear vínculos no se limita a un período determinado. Claramente, el vínculo afectivo puede comenzar de forma contundente desde antes de la concepción o en cualquier momento después, lo que significa que el amor es bienvenido en cualquier época durante el embarazo y, por supuesto, es completamente apropiado en los momentos siguientes al parto, cuando la combinación de las fuerzas fisiológicas y psicológicas son tan beneficiosas. Esta verdad es especialmente importante para los padres que llegan tarde en el proceso de adoptar un bebé. TODAS las partes involucradas en una adopción deberían tener cuidado en proporcionarle amor sincero al bebé lo más temprano posible. Este tipo de razonamiento está basado en la nueva y acumulante evidencia de que los bebés comparten con nosotros el misterioso regalo de la conciencia humana sin importar su edad y sus limitaciones físicas. Son capaces de recibir y responder a los «lazos de corazón» a los que nosotros llamamos vínculo afectivo en cualquier momento, y cuanto antes, mejor. A pesar de contradecir las teorías tradicionales de la psicología del desarrollo, esta interpretación es coherente con los otros descubrimientos acerca de los movimientos voluntarios del cuerpo, la expresión personal y el desarrollo sensorial -que ocurren mucho antes de lo que se pensaba antes.
«La idea de los profesionales de que los recién nacidos no tenían capacidad para sentir justificaba el aislamiento de los nidos, la intervención rutinaria durante el parto, la sustitución de la leche materna por la de vaca...» El aprendizaje y la memoria se complementan una a otra y funcionan mucho antes que las partes del cerebro utilizadas para explicarlas, y así como lo demuestra el estudio de gemelos en el útero, los bebés son capaces de tener una relación fraternal y seguramente tienen la misma capacidad para crear vínculos con un progenitor.
«Los bebés sienten de manera telepática si son deseados y amados o no» Esta información es lógica también con la evidencia de que los bebés sienten de forma telepática si son deseados y amados o no, y pueden recibir y responder a las comunicaciones urgentes durante una amniocentesis, una cirugía intrauterina, el parto o procedimientos complicados en la unidad neonatal de cuidados intensivos. Esta nueva y ampliada descripción paradigmática de los bebés obviamente nos lleva hacia un terreno de la mente y del espíritu que está más allá del cerebro. Los padres que están preparados pueden asumir que sus bebés ya están dotados de la inteligencia profunda que se necesita para crear vínculos. ¿Cómo obtener estos lazos afectivos? Empezando ya a cantarles nanas o mandándoles esos mensajes intencionados y explícitos de bienvenida y de amor de vuestros corazones hacia el suyo. Haceros a la idea de que esta vía de comunicación tiene capacidad para aguantar todos los mensajes sinceros y serios. Y esperad pacientemente por las «vibraciones» invisibles que están por llegar.
Dr. David Chamberlain
http://www.birthpsychology.org
************************
David Chamberlain es autor de “La mente del bebé recién nacido” y uno de los pioneros en la creación del nuevo campo de la psicología pre y perinatal. Lleva un cuarto de siglo dando conferencias por todo el mundo sobre la inteligencia de los recién nacidos y los bebés dentro del útero y animando a los padres y los profesionales de la salud a valorar la calidad psicológica del nacimiento. Después de realizar un curso sobre Aplicaciones Clínicas de la Hipnosis en 1974, David descubrió que sus clientes podían recordar detalles de sus experiencias en el vientre materno y durante el nacimiento. Esto lo condujo a una nueva línea de trabajo en su carrera como psicólogo, investigador, escritor, profesor y conferenciante sobre la desconocida mente de los bebés. Basándose en un estudio de diez parejas de madres e hijos cuyos recuerdos de nacimiento eran reales, Chamberlain comenzó a investigar en la literatura científica buscando información sobre las capacidades de los recién nacidos y los fetos, trabajo que ha continuado durante casi tres décadas. El fruto de este trabajo es la mente del bebé recién nacido, una obra traducida ya a diez idiomas y que ahora se publica en español.
En 1983 colaboró en la formación de la Asociación de Medicina y Psicología Pre y Perinatal (APPPAH), un lugar de reunión para todas aquellas personas especialmente interesadas en los distintos aspectos psicológicos del nacimiento. Ocupó, entre 1991 y 1999, el cargo de presidente de esta asociación, al tiempo que fundó (www.birthpsychology.com) Además, ha editado diez vídeos de formación, incluyendo dos especiales de televisión en Japón y Corea. El Dr. Chamberlain da clases en el Instituto Graduado de Santa Bárbara, un nuevo centro donde los estudiantes pueden acceder a maestrías y doctorados en psicología pre y perinatal. Continúa escribiendo y practicando la psicoterapia en las colinas de las Montañas de Sierra Nevada, en la ciudad de Nevada (California).
Yo quiero ser tu abrigo
que brota en cualquier lugar,
y cuando sientas frío
cúbrete con las ramas de mi destino"
A los de antes, a los de ahora, a los de siempre: Feliz Día
Exactamente a dos años de esta foto
La pérdida de identidad durante el puerperio
Hablan del pasado
Creo que tenía 3 años. sé que estábamos pelando perdices en el campo (campo ajeno, obvio!) Recuerdo la cara de la persona que tomó esta foto, pero no su nombre o qué parentesco nos unía. Mi mamá mandó a hacer un cuadro que aún conservo...de esos que no tienen marco, un bastidor con foto plena.
Por esto las fotos son magia.
Nuestra historia en en blog "Mamás Koala"
Foto: Sierraromeo en Flickr Creative Commons
Mis lecturas recomendadas
Foto: Mar de libros viejos, en Flickr Creative Commons
Michel Odent: Nacimiento renacido, Editorial Fundación Creavida, Buenos Aires, 2008
Michel Odent: Ecología prenatal, Editorial Fundación Creavida, Buenos Aires, 2008
Raquel Schallman: Parir en libertad. En busca del poder perdido, Grijalbo, Buenos Aires, 2007.
Carlos Burgo: Parir con pasión. Escenarios, escenas y protagonistas del parto y del nacimiento, Longseller, Buenos Aires, 2004.
Ibone Olza y Enrique Lebrero Martínez: ¿Nacer por cesárea?, Grupo Norma, Bogotá, 2006.
Gaskin, Ina May: Partería espiritual. La naturaleza del nacimiento entre el amor y la ciencia, Editorial Mujer Sabia. Traducción: Marina Lembo
Rodrigañez Bustos, Casilda: Pariremos con placer, Editorial Madreselva, Buenos Aires, 2010. Todos sus libros pueden ser descargados en forma gratuita y legal desde la web de la autora: www.casildarodriganez.org
Sobre maternidad , crianza y educación respetuosa
Laura Gutman: La maternidad y el encuentro con la propia sombra, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2006.
Laura Gutman: Puerperios y otras exploraciones del alma femenina, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2006.
Laura Gutman: Crianza. Violencias invisibles y adicciones, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2008.
Laura Gutman: La revolución de las madres. El desafío de nutrir a nuestros hijos, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2009.
Carlos González: Mi hijo no me come, Editorial Temas de hoy, 1999
Carlos González: Bésame mucho. Cómo criar a tus hijos con amor, Editorial Temas de hoy, 2003.
Francoise Doltó: La causa de los niños, Paidós, Barcelona, 1994.
Francesco Tonucci: Con ojos de niño, Losada, Buenos Aires, 2008.
Gianni Rodari: Gramática de la fantasía, Colihue, Buenos Aires, 1998.
AAVV: Arte desde la cuna, Nazhira, Buenos Aires, 2003.
Montes, Graciela: El corral de la infancia, Fondo de Cultura Económica, México, 2001.
Jean Liedloff: El concepto del continuum. En busca del bienestar perdido, Obstare, Tenerife, 2008.
Sobre la condición femenina en general
Clarisa Pinkola Estés: Mujeres que corren con los lobos, Ediciones B, Barcelona, 1998.
Eurípides: Medea, De Bolsillo, Barcelona, 2008.
Ibsen, Henrik: Casa de muñecas, Pehuén, Santiago de Chile, 2004
Flaubert, Gustave: Madame Bovary, RBA, Barcelona, 1994.
Simone de Beauvoir: Memorias de una joven formal, Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
Simone de Beauvoir: La plenitud de la vida, Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
Simone de Beauvoir: La fuerza de las cosas, Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
García Lorca, Federico: Yerma, Losada, Buenos Aires, 2000.
Paz, Octavio: Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe, Fondo de Cultura Económica, México, 1990.
Espero sus propuestas de lectura para seguir agregando a mi lista.
Terraza surrealista
La pintura que usamos es muy simple de hacer. Consiste en mezclar una parte de harina de trigo con dos partes de agua y poner a hervir hasta que espese, luego colorear con colorantes alimentarios o témperas. Intenten prepararla en algún color fuerte para que no se confunda con la comida, por ejemplo verde o violeta. También es bueno no ofrecerles más de uno o dos colores.
La respuesta está soplando en el viento
Foto: Treyevan (Flickr Creative Commons)
Tal vez es hora de pensar y proyectar lugares nuevos. Espacios en donde las mujeres puedan dar a luz sin correr este tipo de riesgos, sin exponer a bebés recién nacidos a lugares poblado de gérmenes que sí constituyen una verdadera amenaza. Y no necesariamente tendría que ser el hogar. También podrían existir "casas de maternidad" o centros en donde sólo hubiera nacimientos, como de hecho los hay en otros países. Así, al menos, nos sacaríamos de encima el problema que se ha generado por estos días en Argentina: los sanatorios están desbordados por la epidemia de Gripe A y las mujeres que dan a luz en dichos centros se exponen -tanto ellas como sus bebés, claro- a contraer la enfermedad.
Lactancia materna y Gripe A (H1N1)
*La lactancia materna protege a los bebés contra esta forma de gripe debido a que las madres que amamantan pasan los anticuerpos protectores a sus bebés.
*Los anticuerpos son un tipo de proteína que produce el sistema inmunitario, y ayudan a combatir las infecciones. Esto es muy importante para los bebés pequeños cuyo sistema inmunitario está todavía en desarrollo.
*La lactancia materna también ayuda al bebé a crear su propia capacidad para combatir infecciones.
*Ninguna otra leche, y ningún otro alimento, contienen anticuerpos.
*La Gripe A puede ser muy grave para los bebés pequeños.
*Los bebés alimentados con fórmula se enferman más a menudo y más gravemente que los bebés amamantados.
*Si la madre se enferma de Gripe A, no debería dejar de amamantar a su bebé.
*Si el estado de la madre le impide alimentar a su bebé en forma directa, se puede extraer la leche y hacer que alguien se la de a su bebé.
*Las madres que amamantan pueden y deben seguir haciéndolo mientras reciban medicación contra la gripe A.
*Si el bebé está enfermo, lo mejor es seguir amamantándolo, ofreciéndole el pecho más seguido durante la enfermedad.
*Los bebés enfermos necesitan más líquidos que cuando están sanos. La leche materna es mejor que cualquier otro líquido, aún mejor que el agua, porque también ayuda a proteger y reforzar su sistema inmunitario.
*Si el bebé está tan enfermo que no puede tomar el pecho, se le puede dar la leche materna con una taza, una jeringa o un gotero.
*Los bebés menores de 6 meses deben ser alimentados con leche materna en forma exclusiva, continuando hasta los dos años o más, mientras se agregan otros alimentos.
Otros cuidados:
-Lavarse las manos a menudo con jabón y no toser ni estornudar en la cara del bebé mientras se lo está amamantando o en cualquier otro momento.
-Si la persona que lo cuida está enferma, tosiendo o estornudando, se sugiere usar un barbijo.
Liga de La Leche Argentina
0810-321-8382 (TETA)