La cosa es así, terminan con la Gripe A y empiezan con el ¡sarampión!, porque hay cuatro casos confirmados. Y entonces la tele nos manda a correr, a ver si le damos el 5to refuerzo de la vacuna en 1 año. Por momentos pienso que estoy en una gran cámara oculta y me van a sacudir para decirme que es  una joda. Hace tres días que estoy atónita. El año pasado me negué a ponerle un "refuerzo" de sarampión. Se supone que el calendario de vacunación es seguro y le puse las vacunas del calendario...ergo ¿por qué iba a ponerle un "refuerzo" tres meses después? Ni loca. Dudé, porque te hacen dudar los guachos, eh? Te amenazan con la muerte, como si no fuera algo a lo que todos -incluso nuestros hijos, lamentáblemente- no estuviéramos expuestos. El tema de la muerte es un tabú tan grande en esta sociedad, en donde se vende una "garantía" de vida a través de la ciencia,  que hasta me da pesar hablar de esto en el blog.
Con la famosa vacuna de la gripe A en mayo de este año ni dudé. ¡Se notaba de lejos que era un negociado inmenso! Y las vacunas, por si no lo sabían, no son inócuas. Tienen riesgos, como todo en la vida. Yo no acepto correrlos por enfermedades amplificadas y distribuidas desde los medios de comunicación. Aunque mañana Guillermina se enferme, eso no implica que la enfermedad sea un riesgo para todos. No podemos salir corriendo a hacer lo que dice el médico en todas las ocasiones, pensemos alguna vez por nosotros mismos y hagámonos cargo de nuestras decisiones. Claro, esto es lo más difícil, siempre es más fácil largar "el pediatra me dijo..." (uy, esta frase va a herir susceptibilidades, ya lo sé...pero es lo que pienso, no se enojen, si?)(y claro, cada uno es libre de hacer lo que quiera, incluso de aceptar las mil vacunas que nos recomienda el pediatra "tipo"...lo que me molesta es que me rompan a mi, preguntándome si le puse el bendito "refuerzo" a la nena)
Y esto me hace acordar a algo que leí hace poco en el blog de la insomne y que me indignó profundamente (el blog me gusta, lo que me indignó es el chisme que cuenta, claro!). Ella contaba que algunos de los obstetras de sus conocidas le ponían una carita feliz o triste al lado de los kilos que había arrojado la balanza (!!!). También contaba que el médico de estas conocidas hacía "chistecitos" acerca de que el marido le diera con "el látigo" a la muchacha en cuestión si ella osaba comer de más. No me sorprende, para nada, la actitud del médico. Lo que me sorprende es la pasividad de las mujeres ante esta infantilización. ¿Y la recomendación al marido como si fuésemos de su propiedad? Ya sabemos para qué sirve tratarnos  como niñas: mientras más pequeñas seamos, menos poder de decisión tendremos en los momentos clave.
Así que gente, nos pusimos pantalones, logramos salir solas a la calle, tener novio a los 14, levantarnos a las 6 am para ir a laburar, estudiar en las más célebres casas de estudios, resignar la crianza de nuestros hijos,correr tras el éxito profesional ¡para que nos sigan tratando como si estuviésemos bajo su tutela!

Yo no entiendo nada, la verdá!

¿O será que el lunes me pegó mal? Ante la duda, tengan compasión! ;-P