Esta semana Dolores, una forera de la Red Social Familia Natural, planteó el tema de las cosas que cambiaron en nosotros con la maternidad. Esta es mi respuesta.
Quiero empezar con la más grande de mis transformaciones: aprendí a tener paciencia. Y no es poco, porque en el mundo apresurado en el que vivimos, tener paciencia es todo un desafío. Es ir a contramano del mundo. Cuando Guille no se quiere vestir, cuando no quiere comer, cuando no quiere dormir: pongo en marcha la paciencia. Aprendí a esperarla y a esperarme. No siempre lo logro, pero sé que tengo que ponerlo en práctica cada día.
También, y como es lógico, cambiaron mis prioridades. Si bien estaba alejada de mi carrera profesional, pensaba retomarla en algún momento. Después del nacimiento de mi hija las cosas cambiaron totalmente en este aspecto. No sé si esto exista, pero "cambió mi vocación" en el sentido de que ya nada de lo que antes me parecía fundamental para mi existencia me interesa. Me descubro interesadísima en saber sobre parto, puerperio, lactancia, trabajo en casa, etc. ¿Volveré al viejo camino alguna vez?¿ya pasará esta fiebre o es mi nueva vocación?¿cómo decido qué es lo que quiero realmente cuando la verdad fue absoluta durante tantos años?¿alguna vez volverá a interesarme la investigación o la crítica literaria? No sé, por ahora disfruto de lo que sí me agrada. A veces me cuesta horrores pararme ante un grupo de 30 chicos adolescentes a explicarles algo en lo que en realidad ni siquiera estoy segura de para qué sirve (el gran dilema de todo profesor). Sí sé que la educación vale la pena, que la cultura vale la pena, pero aquello que "debe" ser "transmitido" ya no me es tan claro. A veces me basta con que aprendan a defenderse, a cuestionarse, a preguntarse, a conocerse. Claro que todos estos temas no aparecen en el programa de "Lengua" y algo adentro mío entra en conflicto con "mis" saberes.
Así, tengo que decir que la maternidad, cambió rotundamente la relación con mis alumnos. Intento acompañarlos en sus procesos de aprendizaje sin interferir tanto. Abandoné mi puesto frente al pizarrón y nunca más volví a dictar nada. Los dejo hablar, los escucho y después los invito a sacar sus propias conclusiones. Mis visión del proceso enseñanza/aprendizaje ha cambiado totalmente. Y tiene que ver con mi maternidad. Identifico a los chicos abandonados emocionalmente, a los que sufren las violencias cotidianas y a los que sufren la violencia sobre sus cuerpos. A veces logro acompañarlos. Otras veces el dolor es tanto que siento que tengo que correrme, ponerme a salvo.
Otro cambio fundamental fue dejar de actuar de manera racional para empezar a sentir, a dejarme fluir, a poner en acción mi parte instintiva. Pero debo decir que esto me costó muchísimo y que lo logré a medida que mi hija fue creciendo, en medio del puerperio. Se ve que "lo instintivo" lo tenía muy encerrado, reprimido, ahogado en la coraza.
Y lo que más cambió en mí fue la idea de "cambiar el mundo". Antes creía que cada cosa que hiciera por bien de la sociedad ayudaba, que cada voto "bien" puesto contribuía a un cambio (con "bien" me refiero a puesto desde la honestidad y no desde el clientelismo político), que ayudar a cruzar a la calle al ciego iba a hacer mejor a la sociedad. No digo que todo esto no sirva, digo que los resultados en muchas ocasiones fueron desoladores. En cambio, criar a mi hija con amor, empatía, respeto, hace que me sienta realmente plena en cuanto a mi contribución para una sociedad mejor.
También cambió mi visión sobre el pasado, sobre mi infancia y la de mis hermanas, sobre mi familia. Algunas cosas las veo positivas y otras negativas. Pero hacer el recorrido de analizar mi propia historia me ha ayudado muchísimo a comprender cada una de las cosas que hice y que hago.
Creo que fue una transformación muy profunda ser mamá y que soy una persona totalmente nueva, que nací nuevamente ese día, que mi existencia cambió totalmente. Como dice la canción de Manal: "Hoy recién hoy, el sol me quemó/ y el viento de los vivos me despertó"
Y en ustedes ¿qué cosas cambiaron después de ser mamás?
Qué pregunta Lu....pasa que cambié taaaaaantas que no se por donde empezar.
ResponderEliminarComo toda mamá lo primero que cambié fueron mis prioridades...ya ni cunado me enfermo soy la prioridad para mí misma. Mi centro es mi hijo en todo lugar y en todo tiempo.
Cambiaron las cosas por las que me hago problema. Ahora sufro por ver a niños castigados, o con hambre (Antes me preocupaba porque no me salía un función representativa de dos series de datos hidrológicos....qué bárbaro!). Cambió el motivo de mis rezos a la noche, antes pedía, pedía y pedía. Ahora solo agradezco, agradezco y agradezco (aún en mis días de puérpera full time!). Me corrijo, he aprendido a pedir en mis oraciones para que las mamás muy pobres (a veces las veo por la calle en un estado de miseria absoluta y con esas criaturas a upa) tengan mucha leche en su pechos tanto, que les duela, porque de esa manera sus bebés en brazos, en el momento de la mamada no van a tener hambre, ni frío, ni carencias y ellas en el alivio de entregar esa leche, se van a aliviar por un instante de la realidad.
También cambió mi total predisposición a mi marido, hoy por hoy todavía no me ha recuperado del todo en ningun aspecto y aun así me demuestra cuánto me ama ( y yo a él, apesar de mis "horas de brujas" ;) y por último....cambió mi cuerpo!! perdí mi cintura y encontré 5 kilos demás que todavía no encuentro la motivación para bajarlos...en fin, de todo un poco. Podría seguir...pero creo que fue suficiente por hoy jejejje.
Gracias Ernes!!
ResponderEliminarMi cuerpo también cambió, pero la actitud hacia ese cambio es totalmente distinta de la que hubiera tenido unos años atrás. Hoy por hoy me interesa el equilibrio: estar sana, sentirme bien!
Muy lindas tus palabras!
Besotes
Mirá, estoy trasnochada y no muy lúcida, pero una vez, hablando con el pediatra, él me pregunta a qué me dedico, y le digo "bueno, ahora soy madre y ama de casa. No es que alguna vez haya sido mi vocación, es lo que pasó".
ResponderEliminar"La vocación es un Grito, un Llamado (y se refirió a la raíz de la palabra, que no recuerdo). Groso, no? Supongo que éso nos pasó.