Es agosto de 2008, abro la ventana del explorer y voy al foro de Babysitio en donde comparto cotidianamente mi vida con otras mamis de marzo. Acabo de pasar por una sinusitis terrible, estoy extremadamente susceptible. Entre los posts que habitualmente circulan vuelvo a ver una pelea, lo de siempre en los foros: que si hay que dejarlo llorar, que si deben aprender a dormir solos, que si la leche materna se compara o no con la maternizada. Una de las implicadas en la discusión es Vanesa: afirma que antes de leer cosas como esas prefiere irse a investigar sobre física cuántica, la entiendo muchos meses después. En su firma tiene el enlace a su blog personal. Pico, leo: parte de su vida, el amor por sus hijos, su experiencia de lactancia. No necesito más impulso: me registro en blogger, sin embargo pasará mucho tiempo hasta que al fin me anime a escribir.

Mi vida sigue, tan desordenada como siempre.

A Guille le diagnostican displasia de caderas y comienza a usar un arnés que la inmoviliza. Siento que todo vuelve al punto cero, es como si el 3 de marzo se hiciera presente otra vez con todos sus fantasmas, con la sombra. Pero mi beba tiene 6 meses, está triste por no moverse. Sí, está triste y se le nota: nada de "ni lo siente", "te molesta más a vos que a ella", está triste y yo intento remediarlo teniéndola todo el día a upa.

Una de las chicas del foro me tira el dato: hay unos portabebés a los que Guille podría adaptarse. Entro a Red Canguro, me inscribo en el foro: tengo bandolera y aprendo a usarla. Ya es octubre y aún no escribí ni media palabra en mi cuenta de blogger. ¿Será el maldito miedo que me inculcaron en la facultad? ¿Será que de verdad nadie estudia letras para escribir? ¿Será?

Empiezo a leer con una mezcla de curiosidad y asombro la vida de Vane: che, al final parece que esta mina tenía razón en todo. Recorro los blogs que ella lee y llego a Mamás en Círculo. Primero siento un dolor punzante que me retrotrae a eso en lo que dejé de pensar durante tantos meses: mi lactancia frustrada. En el borde del blog, fotos de mujeres felices: dan la teta. ¿Podré superar esto que siento tan adentro? Empiezo a revisar cómo se dieron las cosas, recuerdo haciendo un esfuerzo enorme. Me doy cuenta de que la culpa no la tuvo solo el pediatra, que tengo que asumir la parte de responsabilidad que me toca.

Sigo viendo y de a poco se me va cayendo la venda: ¿será que hay otro mundo más allá de mis narices?¿será que tener un bebé es mucho más que comprarle ropita linda y sacarle miles de fotos?¿será que es verdad eso que siento y que dejé que de a poco se apagara? Veo, miro, de a poco porque a veces me causa un dolor indescriptible no haber empezado así. Pero soy consciente de que nunca es tarde, de que siempre es el día para empezar.

Ya había leído a Gutman y estas mujeres que leo: ¡también! Resulta que había un mundo nuevo, encubierto por la hegemonía del poder. Primero me choca casi todo de ese mundo: la que parió en casa me parece una loca, aquella que dio teta a su hijo hasta los 4 años está desquiciada, y ni hablar de los que "educan en casa". ¿Será cierto esto que me cuenta la web? ¿Será que hay un mundo diferente al que proponen la publicidades de productos para bebés?

Corre noviembre, escribo mis primeras entradas pero no las publico, me da vergüenza mostrarme, que vean esto que soy: un ser absolutamente fragmentado por la maternidad. Al fin me aimo y publico, qué ingenuidad en aquellas primeras entradas: cuento el nacimiento de Guille, pero ahora que lo leo resulta que eso NO es el nacimiento de Guille sino todo lo que rodeó a ese día en que cambió mi vida para siempre. Si lo leen van a ver (como lo veo yo hoy en día) que en ese nacimiento los protagonistas son los otros, y tal vez es porque fue así. Qué tristeza...

Ya corre diciembre. Picando de blog en blog llego a Familia Natural, lo abro por una foto que me llama la atención: un chico de la calle sostiene un globo azul en la esquina de Sarmiento y Rioja en Rosario, mi ciudad. Soy sensible a la belleza ¡qué hermoso blog! Leo, leo y leo: la autora tuvo un parto domiciliario y el relato es tan visceral, tan profundo que lo leo con la vista nublada, llorando. Y pasan los días y sigo leyendo y la autora ya es Laura y su hija ya es Layla.

Y viene el punto de quiebre: ya nada es tan loco, hay otro mundo allá afuera (o adentro, dependiendo de cómo se lo mire). De a poco la intensidad de esos relatos me subyuga y me doy cuenta de que las razones de estas personas son válidas. Voy "entrando en código" y no paro de leer, las palabras inspiran un sentimiento de confianza: colecho, parto respetado, crianza en brazos, apego, amor incondicional, continuum, disciplina positiva, lactancia prolongada, tándem. No me alcanzan las horas del día para leer todo lo que quiero: desde González hasta Schallman, de Gutman a Sears, de Rosa Jové a Liedloff, desde Alfie Khon hasta Clarisa Pinkola Estés. Y yo que no pasaba de Borges y Freud...y no me vengan con cosas raras.

Ya es enero y escribo un poco más en mi blog. Algunos me leen.

Un día me registro en la Red Social Familia Natural. ¿Me aceptaran? Yo no doy teta...qué miedo, me encantaría que me acepten porque son divinas, cada palabra que leo me gusta, me atrae, pero ¿me aceptarán? No puedo con mis complejos. Entro, me presento y largo todo. Y empieza el maravilloso proceso de búsqueda, de preguntas. Y las cosas empiezan a tener sentido ¿será que todo esto tenía que pasar? Recorro este camino con mi hija a upa sabiendo que ella es el sentido de todo esto.

Una vez más recuerdo algo que tenía totalmente olvidado: no hay una sola vida, hay muchas. La vida de la que vivió su cesárea con una pena enorme, la vida de la que fue maltratada en su parto, la de aquella que parió en casa, la vida de la que pudo con la teta hasta los tres meses, la de la que pudo hasta el año, la de la que pudo mucho más que eso, la de la que le dio a sus dos hijos al mismo tiempo: tándem ¡qué osadía para el discurso hegemónico! La vida de la que cree que "un chirlo a tiempo no es nada" y de las que creemos que pegarle a un niño siempre atenta contra nuestra dignidad y contra la de él. La vida de las que estamos cansadas de no dormir y la de las que tienen un bebé "que duerme 10 horas de corrido desde los 2 meses", la de las que piensan que la letra del elefante trompita es una letra más y la de aquellas que se animan a cuestionarla.

Cómo enriquece escuchar todas estas campanas sonando juntas. ¿En qué momento dejé de ver que hay tantas vidas, que hay tantos puntos de vista? ¿cuándo me olvidé de esto? No sé. Lo que sí sé es que estoy más despierta que nunca y se lo debo a Vane. Tal vez tarde o temprano empezara igual a recorrer este camino porque era algo que mi alma necesitaba. Pero me hizo tanto bien "conectar" con todo este nuevo mundo. Con el de los homeschoolers, la comida natural, la crianza en brazos, el parto respetado. Sé que tengo límites, pero también sé que ahora puedo elegir porque tengo opciones. Puedo leer Babysitio o la página de Attachment Parentig Internacional. Y sé que todo vale, todo sirve, de todos aprendo.

Gracias a todas: por haberme traído hasta acá, por dejarme caminar con ustedes, por ser parte de mi red de apoyo. Por despertarme a vivir una maternidad más consciente y más plena. Ojalá yo pueda hacer por alguien la mitad de lo que ustedes hicieron conmigo.