Hoy es lunes y tomé el compromiso de escribir cada lunes en mi blog, pero es un compromiso conmigo y por eso mismo no tengo presiones, no me importa el horario siempre y cuando sea lunes. Esto viene como explicación por lo "tarde" que sale esta entrada, que de hecho empecé a escribir antes del mediodía pero tuve que pausar varias veces antes de poder ponerle su punto final y presionar de una buena vez el botón de publicar.
Desde que entre en crisis decidí volver a conectarme con las cosas que me gustan. Por supuesto la fotografía es una de esas cosas, pero al tener durante años un ritmo de trabajo tan agotador, se transformó en algo super rutinario y hubo muchas ocasiones en donde realmente no tenía ganas de tomar una sola foto. Dejé de llevar el equipo a las reuniones de amigxs y familiares. Por supuesto no fue el agotamiento la única causa, también influye el costo actual de un equipo de alta gama y la inseguridad de moverse por una ciudad como Rosario con todo ese capital encima.
Todas estas situaciones me llevaron a un estancamiento creativo, nada me motivaba, hacía solo las fotos corrientes con los seteos ya probados mil veces para poder responder a mi demanda laboral. Dejé de sacar fotos por placer, de hecho durante el verano que pasó el agotamiento fue tanto que tengo poquísimas fotos de nuestras vacaciones en Uruguay. De todas formas, a veces está bueno no sacar ni una sola foto, pero sí me pasó que incluso aquello que antes me motivaba muchísimo para llevar el equipo, dejó de hacerlo. Esta situación se prolongó durante más de un año y ya durante 2017 separé lo que denomino el "equipo de trinchera" compuesto por la reflex que compramos en 2008 + un lente bien baratito. Ese equipo sí me animo a sacarlo a la calle (igual si me lo roban la pérdida sentimental es grande), aunque tiene sus limitaciones: con ISOS altos tira mucho ruido, funciona mal en condiciones de baja luz y el lente fijo hace que haya que moverse todo el tiempo para fotografiar de manera "cómoda". Me di cuenta de que este estancamiento creativo estaba también vinculado a la comodidad que me da el equipo full frame y de a poco descubrí que las limitaciones de mi equipo de batalla hacían posible que me olvidara momentáneamente de todas esas cosas que jamás entregaría a un cliente y que son incómodas en la fotografía social/comercial: el ruido, la oscuridad en los rostros, las fotos desenfocadas y/o movidas. 
Toda esta introducción es para llegar a las fotos de hoy. Fuimos el sábado a un evento de hip hop que organizan nuestrxs amigxs, llevé mi equipito para entretenerme un rato y todas las condiciones eran desfavorables: la tormenta sumaba oscuridad, lxs bailarinxs se movían rápido, la herramienta que llevé funciona "mal" en condiciones de baja luz. Pero yo fui a disfrutar y sacar fotos en ese contexto era solo un entretenimiento, una manera de dejar fluir mi creatividad y practicar lo que hacía años no practicaba. Me gusta mucho el resultado. Aclaro que fue un trabajo de a dos, muchas de estas fotos las tomó David en los ratos en donde yo me sentaba a tomar mates (tienen mi firma para protegerlas intelectualmente en el blog). Hizo un laburo tan bueno que no puedo diferenciar las tomas que sacó cada uno, así que van como parte de este dúo que formamos. 
En relación al evento, Rosario Jam se hace una vez al año más o menos en esta época. Lo organiza Alber y toda su croup de amigxs + Aye. Nos encanta porque es super familiar y el nivel de los bailarines es muy bueno. El año pasado las batallas estaban separadas en niños y adultos, este año las parejas que competían estaban compuestas por niño/adulto. Acá, un resumen de las fotos tomadas el sábado por David y por mi. Por allí están nuestrxs amigxs, bailando, dirigiendo el evento y su hijo mayor, Salvador, que compitió.










Rosario Jam se realizó en la Biblioteca Vigil de Gaboto y Alem, un espacio popular super valioso que hay que defender y disfrutar. Tienen diversidad de propuestas gratuitas para los socios y una editorial comprometida con la cultura literaria de la ciudad. Les dejo algunos links de este espacio cultural porque es muy interesante. Su historia, el instagram de la biblioteca y su facebook.
¿Les gusta el hip hop? A mi me empezó a gustar por Alber, nuestro amigo y pareja de una de mis mejores amigas. Después me interesé en la historia cuando vi la serie The Get Down en Netflix, que recomiendo y que disfruté un montón. Me gustaría leer algún libro sobre hip hop, tarea pendiente encontrar esa lectura.
Nos vemos el miércoles con algún recorrido por fuera de Rosario. Que tengan un buen inicio de semana!