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Vivir en Rosario
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Sobre el bloqueo creativo y la Rosario Jam

12 noviembre 2018

Hoy es lunes y tomé el compromiso de escribir cada lunes en mi blog, pero es un compromiso conmigo y por eso mismo no tengo presiones, no me importa el horario siempre y cuando sea lunes. Esto viene como explicación por lo "tarde" que sale esta entrada, que de hecho empecé a escribir antes del mediodía pero tuve que pausar varias veces antes de poder ponerle su punto final y presionar de una buena vez el botón de publicar.
Desde que entre en crisis decidí volver a conectarme con las cosas que me gustan. Por supuesto la fotografía es una de esas cosas, pero al tener durante años un ritmo de trabajo tan agotador, se transformó en algo super rutinario y hubo muchas ocasiones en donde realmente no tenía ganas de tomar una sola foto. Dejé de llevar el equipo a las reuniones de amigxs y familiares. Por supuesto no fue el agotamiento la única causa, también influye el costo actual de un equipo de alta gama y la inseguridad de moverse por una ciudad como Rosario con todo ese capital encima.
Todas estas situaciones me llevaron a un estancamiento creativo, nada me motivaba, hacía solo las fotos corrientes con los seteos ya probados mil veces para poder responder a mi demanda laboral. Dejé de sacar fotos por placer, de hecho durante el verano que pasó el agotamiento fue tanto que tengo poquísimas fotos de nuestras vacaciones en Uruguay. De todas formas, a veces está bueno no sacar ni una sola foto, pero sí me pasó que incluso aquello que antes me motivaba muchísimo para llevar el equipo, dejó de hacerlo. Esta situación se prolongó durante más de un año y ya durante 2017 separé lo que denomino el "equipo de trinchera" compuesto por la reflex que compramos en 2008 + un lente bien baratito. Ese equipo sí me animo a sacarlo a la calle (igual si me lo roban la pérdida sentimental es grande), aunque tiene sus limitaciones: con ISOS altos tira mucho ruido, funciona mal en condiciones de baja luz y el lente fijo hace que haya que moverse todo el tiempo para fotografiar de manera "cómoda". Me di cuenta de que este estancamiento creativo estaba también vinculado a la comodidad que me da el equipo full frame y de a poco descubrí que las limitaciones de mi equipo de batalla hacían posible que me olvidara momentáneamente de todas esas cosas que jamás entregaría a un cliente y que son incómodas en la fotografía social/comercial: el ruido, la oscuridad en los rostros, las fotos desenfocadas y/o movidas. 
Toda esta introducción es para llegar a las fotos de hoy. Fuimos el sábado a un evento de hip hop que organizan nuestrxs amigxs, llevé mi equipito para entretenerme un rato y todas las condiciones eran desfavorables: la tormenta sumaba oscuridad, lxs bailarinxs se movían rápido, la herramienta que llevé funciona "mal" en condiciones de baja luz. Pero yo fui a disfrutar y sacar fotos en ese contexto era solo un entretenimiento, una manera de dejar fluir mi creatividad y practicar lo que hacía años no practicaba. Me gusta mucho el resultado. Aclaro que fue un trabajo de a dos, muchas de estas fotos las tomó David en los ratos en donde yo me sentaba a tomar mates (tienen mi firma para protegerlas intelectualmente en el blog). Hizo un laburo tan bueno que no puedo diferenciar las tomas que sacó cada uno, así que van como parte de este dúo que formamos. 
En relación al evento, Rosario Jam se hace una vez al año más o menos en esta época. Lo organiza Alber y toda su croup de amigxs + Aye. Nos encanta porque es super familiar y el nivel de los bailarines es muy bueno. El año pasado las batallas estaban separadas en niños y adultos, este año las parejas que competían estaban compuestas por niño/adulto. Acá, un resumen de las fotos tomadas el sábado por David y por mi. Por allí están nuestrxs amigxs, bailando, dirigiendo el evento y su hijo mayor, Salvador, que compitió.










Rosario Jam se realizó en la Biblioteca Vigil de Gaboto y Alem, un espacio popular super valioso que hay que defender y disfrutar. Tienen diversidad de propuestas gratuitas para los socios y una editorial comprometida con la cultura literaria de la ciudad. Les dejo algunos links de este espacio cultural porque es muy interesante. Su historia, el instagram de la biblioteca y su facebook.
¿Les gusta el hip hop? A mi me empezó a gustar por Alber, nuestro amigo y pareja de una de mis mejores amigas. Después me interesé en la historia cuando vi la serie The Get Down en Netflix, que recomiendo y que disfruté un montón. Me gustaría leer algún libro sobre hip hop, tarea pendiente encontrar esa lectura.
Nos vemos el miércoles con algún recorrido por fuera de Rosario. Que tengan un buen inicio de semana!

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Cuatro razones (más) para amar la Granja de la infancia

05 noviembre 2018
Hace unos años escribí un artículo sobre este espacio que se llama "10 razones para amar la Granja de la infancia", pueden leerlo pinchando en ese título. En esa entrada contaba por qué nos gustaba tanto y la frecuentábamos tan seguido. Hacía un tiempito de no íbamos porque durante estos tres últimos años que pasaron me dediqué a trabajar 24x7 y las cosas que tanto disfrutábamos las empezamos a hacer muy esporádicamente. Este año el Tríptico cumplió 15 años funcionando y como parte de las celebraciones hubo una remodelación de algunos espacios.  En el caso de la Granja, las cosas que amábamos siguen funcionando tal cual y se abrieron 4 nuevos espacios para disfrutar. Son BELLOS, están hermosamente diseñados y diagramados bajo el concepto de que la humanidad siempre ha pensado "con las manos". Fuimos ya en dos oportunidades y Guillermina se enganchó en todas las propuestas, Emilio no en todas y no siempre. Esto me hace pensar que quizá es para niños y niñas mayorcitos y para adultxs que acompañen.
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Nuestra vida en Pichincha

22 octubre 2018

Hace exactamente 1 año nos estábamos mudando nuevamente a nuestro departamento de calle Salta. No me mudé muchas veces en mi vida. Mis abuelos se asentaron en San Lorenzo en 1944, mis viejos construyeron al lado en los '60 y yo nací a dos cuadras de la que fue mi casa durante 24 años. La primera mudanza fue dolorosa, mis viejos habian muerto unos años antes y decidimos vender la casa familiar para independizarnos las tres (soy la menor de 3 hermanas). Metimos una casa de mil ambientes -y todos sus muebles- en la casita mínima de mi abuela y vivimos allí hasta que logramos comprar dos departamentos en Rosario (uno para mí y otro para mi hermana Analía, nuestra hermana mayor se quedaba con la casa de nuestra abuela en San Lorenzo). Uno de esos departamentos fue este. Era pleno 2003 y el mercado inmobiliario estaba despertando del letargo del 2001. Recuerdo que venía a ver departamentos de pasillo y cuando los quería volver a ver con mis hermanas ya los habían vendido. Esperé al chico de la inmobiliaria acá en frente de casa, en Salta aún se estacionaba de la otra mano, me había bajado del colectivo que me traía de San Lorenzo cerca del cruce Alberdi y había venido caminando mientras inspeccionaba un poco el barrio. Iba a vivir sola y tenía 24 años, así que la seguridad era importante. No tenía aún ni siquiera como proyecto tener hijos, pero al ver la Gurruchaga supe que era una buena opción para que los futuros niñxs que tuviera con el futuro marido fueran allí a la escuela. Así que cuando el chico de la inmobiliaria abrió el depto, supe que era acá donde quería vivir. Tal vez hoy no elegiría justo este departamento -que tiene sus problemas edilicios por ser un pasillo antiguo y la imposibilidad de construir para arriba- pero si no hubiera comprado justamente este, estoy segura de que muchas cosas de mi vida serían distintas. Y amo mi vida. Se cumplieron 15 años desde que compré.  15 años hace que vivo en Rosario. 
Cuando Emilio tenía dos, tuvimos que mudarnos porque su energía ya no entraba en nuestro dos ambientes con mini patio. Vivimos 4 años en la casa de Lavalle, a pocas cuadras de acá, en el barrio Luis Agote. Sin embargo, cuando volvimos el año pasado, me di cuenta lo mucho muchísimo que había extrañado el barrio. Pichincha cada vez está más influido por el centro, sin ser el centro. Los fines de semana se respira una calma que termina el lunes bien tempranito. Estacionar es un caos y hay bastante bullicio, pero nosotros vivimos en la realidad paralela del centro de la cuadra.
Pichincha era el barrio prostibulario de Rosario, sus edificaciones conservan buena parte de la impronta de ese período de principios de SXX. Aunque todos lo conocemos con ese nombre, hoy se llama Alberto Olmedo, lo que se llama Pichincha es un pedacito de calle Richieri desde Salta hasta el viaducto. Por supuesto la historia del barrio no es ningún orgullo, ya que aquí es donde se asentó la mafia polaca, dedicada a la trata de blancas. Más allá de su pasado delictivo, la zona conserva muchos de los edificios de la época porque fueron declarados inmuebles de valor patrimonial por lo que no se pueden hacer cambios en las fachadas.  
El sábado pasado le propuse a Guille salir a recorrer el barrio para tomar algunas fotos, caminamos muchísimo y le fui contando algunas historias de los edificios. Pueden leer algunas de esas curiosidades en este link. Estas son las fotos que tomamos entre las dos.

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Un año después: el Mercado del Patio

17 octubre 2018
Este post se demoró un poco en llegar, digamos que al margen de que no lo publiqué el lunes (porque fue feriado y me dediqué a mi familia), lleva una demora como de: 12 MESES! Hoy voy a presentar lo que llamo mi "consagración" como anti-influencer. Hace casi un año fui invitada, junto a otros instagramers y bloggers, a recorrer el recientemente -en ese momento- inaugurado Mercado del Patio. Por supuesto que en el momento posteamos en las historias y en el feed de Instagram, pero este post lo seguía debiendo. Disfruté muchísimo de esta invitación, pero por suerte no publiqué el post en su momento porque mi opinión del Mercado ha cambiado sustancialmente en este año. Recién inaugurado le faltaba su impronta e identidad que se fue consolidando a lo largo de los meses. 
La primera vez que lo visité sentí que era meramente un lugar de paso, con el transcurso del tiempo me fui dando cuenta de que este espacio me invitaba a quedarme, a frecuentarlo cada vez más y a disfrutarlo. Hemos ido incontables veces en este año ya que vivimos a unas 7 cuadras y es un plan muy relajante para hacer con chicos. Personalmente, soy anti-shopping por lo que esta opción tiene mucho que ver conmigo. La oferta gastronómica es amplia y accesible, el parque que rodea al Patio es amigable y allí se consigue todo tipo de productos para nuestra mayor pasión familiar: la cocina (productos que hace años era imposible conseguir en Rosario). Se ubica en un predio histórico de Rosario, el antiguo Patio de la Madera, frente a la Terminal de Ómnibus de la ciudad.
Mi primera impresión cuando lo conocí fue de disgusto. Ansiaba un mercado rosarino popular al estilo de esos enormes que recorrí en Perú, Brasil, Bolivia o Chile. El Mercado del Patio no tiene ese estilo, de hecho tampoco está pensado así. Es más "aséptico" lo que, bromatológicamente hablando, es absolutamente correcto y claramente esperable. Más parecido al MAM montevideano que a un mercado popular tipo La Vega. 
Sin embargo, en este primer año que pasó desde su inauguración fue sumando encanto y eso le va aportando rasgos típicamente rosarinos. Además, está gerenciado por una mujer que pude conocer cuando nos invitaron a recorrerlo, sé que hace un trabajo enorme para sacar adelante este proyecto que apoyo incondicionalmente porque le da vida al barrio y suma oferta gastronómica a mi ciudad.
Una vez terminado el recorrido de instagramers y bloggers, nos invitaron a degustar las exquisitas hamburguesas de El churrasquito, donde hemos vuelto una y otra vez en familia o en salida de parejas. Muy recomedado y de mis lugares favoritos en el mercado. Acá, la recorrida que hicimos ese día (si ven algún precio, recuerden que las fotos son de 2017).

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Instameet Rosario y mi mirada

20 mayo 2016
El sábado pasado formé parte del primer instameet Rosario, una reunión de instagramers en donde nos vimos las caras, compartimos un rato y paseamos por nuestra ciudad como si fuéramos turistas. Rosario es hermoso y tiene lugares increíbles para fotografiar, lamentablemente salir con el equipo a la calle es peligroso y ,por eso, no lo hago casi nunca. Sin embargo, el encuentro lo ameritaba, así que saqué a pasear mi viejísima reflex, aquella con la que empecé en el 2008 y, con el agregado del teléfono, fotografié el recorrido.
Anduvimos por el Museo Estévez, Pasaje Pan, la bajada Sargento Cabral, Avenida Belgrano y el Parque España, entre otros. Mi recorrido terminó allí porque tenía sesiones programadas para la tarde, pero sé que la banda siguió hasta Basquiat, en donde almorzaron y escucharon buena música :-)
Gracias a Flor de Sorbetes de papel, Flor de Luludi y Flor de La embajada, por habernos convocado. También conocí a Vero de El pez punteado, a quien sigo desde hace muchísimos años y a Lady Floxis, tan alegre y simpática que contagia! Gracias chicas, vernos, abrazarnos y decirnos cuánto nos apreciamos, fue un regalo inigualable. Todo lo que hacen es inspirador :-) Conocerlas fue un gustazo que me dí <3 Lo que sigue, es un aluvión de fotos rosarinas. Perdón! Soy pésima eligiendo :P Si quieren seguirme también en IG, mi usuario es @luisinaese. Nos vemos, por acá y por allá.





















































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Luisina Serenelli

Docente // Fotógrafa // Blogger //Feminista // Doula// Escritora // Lectora incansable // Mamá de Guille y Emi // Enamorada de David // En permanente deconstrucción y construcción

Bienvenidos

Hola! Soy Luisina Serenelli. Sanlorencina viviendo hace 19 años en Rosario, Argentina.
Fotógrafa de familia, doula y profesora ❤

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