Hoy les quiero mostrar cómo se desarrolla una sesión de Navidad. Hace una semana y pico fuimos con Maru de @mamarosarienne al Parque Villarino, ya he comentado en otras oportunidades que amamos el parque. Hago muchas sesiones allí y casi siempre vamos en familia, mientras mi niñxs juegan, yo trabajo. Hace poco incluso vieron el final de una de las sesiones porque una amiga se tenía que ir (los estaba cuidando) y me los dejó. Les encantó. Ya están preparados incluso para asistirme. 
En general, me acompañan especialmente a las navideñas, para que yo pueda encontrarme con mis pequeños clientes y llevarlos al escenario que, mientras tanto, cuidan David, Guille y Emi. Así de buenos son. Y así en equipo es como se sostiene nuestro trabajo.
Lo que intento en este post es mostrarles un poquito cómo funcionan estas sesiones y mi visión en relación a las mismas. En un mundo en donde todo el tiempo estamos consumiendo cosas, no me gusta que se entienda que la fotografía es una pavada más para comprar. Justamente porque aunque la sociedad actual saca más fotos que nunca en la historia de la humanidad, no las preserva bien: casi todas las fotos se toman con el celular y allí quedan. Suelen ser imágenes con poco definición y que pierden su valor cuando no se imprimen. Después, perdemos o nos roban el celu y desaparecen todas las fotos de la infancia de nuestros hijos. Al sacar una foto, no pensemos solo en el impacto actual de ese gesto, les propongo que pensemos en nosotros mismos viendo las fotos de nuestra infancia y solo así podemos vivenciar lo que se van a perder nuestros hijos si no les ofrecemos algunas vez fotos impresas. Sé que no es económico y que la macrisis no ayuda, pero si yo tengo fotos de mi infancia habiendo sido niña en los '80 (con la debacle económica que implicó la hiperinflación), creo que podemos darnos ese lujo. No, reformulo: los recuerdos no son un lujo, son una NECESIDAD emocional. Cuidemos los recuerdos de la infancia de nuestros hijos. 
Después de este discurso instándolos a gastar plata en algo que no necesitan (jajajajajaja! noooo, pueden imprimir también sus propias fotos, pero impriman por favor!!!), les cuento cómo se desarrolló la sesión de Carmela, de 2 años. Llegué al bosque un rato antes que ellos, para poder tener el escenario preparado. David me ayuda porque es un santo. Este año el set de exteriores tiene todas las cosas de los otros dos años, pero juntas. Hice una combinación ;-) El cartel lo usé ya en 2016, ese fue un reciclado.


Cuando llegó Carmela, no se entusiasmó demasiado con la decoración, ella estaba ansiosa por explorar la naturaleza, así que la dejamos ir a recorrer mientras yo terminaba algunos detalles. Al ratito vino y se enganchó con los muñecos y libros que habían sido colocados estratégicamente ;-)

El set está armado para que se "rompa" lo menos posible, no por mí ya que no me molesta en absoluto, pero las familias suelen ponerse incómodas si algo no sale como se esperaba. Me gusta que interactúen con el set, lo desarmen, revoleen cosas y jueguen con la deco porque eso es lo que va a "contar la historia" de la sesión. Maru, Andrés y Carme habían llevado galletitas para compartir, así que las usamos como parte de la ambientación.

Y de paso, nos dieron la posibilidad de establecer un mínimo lazo y que me mostrara sus galletitas.


Si bien tengo (y llevo) muchísimos accesorios navideños: ropa, gorros, sombreros, todo tipo de vinchas y tocados, permito que elijan si quieren usarlo o no, más allá de lo que aporten a la estética de la foto. Prefiero un niñxs de buen humor y sin accesorios a lo contrario ;-) Carmela usó una vincha de reno unos 30 segundos y por supuesto lo respetamos. Sí se interesó muchísimo por los libros navideños!





También fotografío a lxs niñxs de espalda, en caso de que se den vuelta. Una foto entrañable depende de la historia que cuenta, nuestrxs hijxs son tridimensionales: se dan vuelta, buscan objetos, miran a su mamá o a su papá. Una historia también la cuentan las miradas entre quienes estemos allí presentes, aunque no miren a la cámara hay algo que está pasando allí en ese momento.



Por supuesto, el resto de la historia la cuenta la sesión completa, que por muchas cuestiones no voy a compartir acá, pero que le dan un marco amoroso a todas las fotos.



Ojalá esta familia disfrute del resultado final de la sesión, tanto como yo disfruté de esa tarde, donde también hubo lugar para una recorrida por el parque, risas, anécdotas y mates. Sin duda, una tarde memorable de este adviento.

Los proveedores que le dieron vida al set (GRACIAS!)
- Sorbetes, botellitas y banderían mexicano blanco: Sorbetes de papel (la GENIA de Flor!)
- Banderines: Mindeco y El Pez Punteado (gracias Jazmín y Vero!).
- Luces: muchas las traje de cuando fuimos a Río y aún no se conseguían las de cobre acá en Rosario, otras las compré en Skich (siempre recomiendo a Sofía).
- El mantelito sobre el cajón-mesita es de Buenas Ideas (gracias Juli!).
- Algunos de los libros los compré en El Ateneo y casi todos en Chicho y Babel. Gracias Aimé por conseguirme siempre buenos libros navideños!
- La manta me la prestó Maru por estos días navideños, lo genial es que es impermeable en la parte de abajo. Me viene bárbaro porque estuvo lloviendo mucho y a veces el suelo está húmedo.
- Los muñecos son sobre todo de Falabella (esto es por si alguien los quiere conseguir, este año no vi, no para agradecerles porque #caroooooo).

Voy a seguir realizando sesiones navideñas hasta el 12/12, si están interesados, mándenme mensajito!
Nos vemos el viernes con más links que me quiero guardar de cada semana