A mediados de enero me di cuenta de que si los 12 autorretratos familiares no estaban conectados por algo que les diera sustento, iban a ser prácticamente imposibles. Así que me puse a planear y las 12 fotos no debían ser solo "doce-fotos-descolgadas". No, debían ser un reflejo de los que somos como familia, de nuestra historia juntos y también, de algún modo, la revelación de las cosas que nos gustan y sobre todo de aquello que nos gusta compartir juntos. Cada mes debía contar una historia y la foto final sería la familiar. Me costó horrores verme y me cuesta muchísimo aceptar mi imagen, por eso detesto salir en las fotos...pero mis hijos tienen que saber que yo también estaba allí. Así que me expongo y de esa manera, me asumo de a poco. Igual, nos falta practicar un poco más con el temita del "momento click", así que supongo que mejoraremos nuestros autorretratos familiares a medida que pase el año.
Nuestra primera foto rinde homenaje a uno de mis lugares preferidos en el universo. Bueno, tampoco es que conozco tantos, pero sé cómo soy y adoro mis rutinas. Por eso sé que, conozca cuanto conozca, este va a seguir siendo de mis favoritos. Ese lugar es el Parque Villarino en la localidad de Zavalla. Lo conocí hace algunos años casi por casualidad, mi amiga M me dijo "conocí un lugar ideal para hacer fotos" y me llevó. Tiempo después me enteré de que los fotógrafos lo usan (ahora usamos) desde hace años para realizar sesiones de todo tipo, de hecho cada vez que vamos me encuentro con varios.
El parque Villarino, para mí, representa lo que debería ser conciliación entre trabajo y familia. Cada vez que tengo una sesión, vamos los cuatro. Mientras hago las sesiones, D camina con los niños por el predio (en el cual funciona la Facultad de Agronomía de la UNR) y al finalizar la sesión, nos encontramos para disfrutar el útlimo rato de paseo juntos (por allí está la cara de Emilio que revela el encuentro). Tiene un sector parquizado y otro de monte autoctóno, con pequeños bosquecitos y caminos encantadores. No me canso de recomendárselo a familiares, amigos y clientes, a quienes llevo frecuentemente para sus sesiones de fotos.
Así que, Zavalla y el parque Villarino, son parte de lo que somos como familia, una parte muy grande...la de disfrutar del aire libre y la naturaleza; pero también la de la ansiada conciliación laboral. En mi caso, esa conciliación se da en muy pocos momentos.
Acá, avalancha de fotos del parque y alrededores en diferentes estaciones del año y, por último, nuestro primer autorretrato familiar, bastante chungo, por cierto. Pero, señores y señoras: ES LO QUE HAY! Y estamos felices de ser lo que somos.






























Sí, sí, nos falta el toque de naturalidad, estamos muy duritos aún ;-)