En dos días Guille cumple 18 meses. Hoy, por primera vez desde el día de su llegada, estuvo varias horas fuera de casa, ni papá ni mamá estuvieron presentes en esas horas. Guille se fue a pasar la tarde a la casa de sus abuelos paternos. Mi suegra la cuida un par de veces por semana, pero se quedan en nuestra casa y son poquitas horas.
Hoy fue distinto, David la llevó a la casa de sus viejos a la mañana y se fue a trabajar al mediodía.
Cuando llegué de trabajar aproveché para hacer algunas compritas (entre otras, el regalo de cumpleaños de mi suegra) y volver a casa a dormir una siesta.
A la mañana me fui sabiendo que iba a ser raro. Definitivamente llegar a casa y no escuchar a Guille, lo fue. Tuve esa sensación de que una parte de tu cuerpo está en otro lado.
Y me busqué en la que era antes, cuando llegaba a casa después del trabajo, intenté recordar qué cosas hacía. Y no pude reconocerme.
Y sin embargo, tenía ganas de descansar un poco. Me acosté a dormir la siesta. En veinte minutos me estaba cambiando para ir de mi suegra a buscar a Guille. Ir a trabajar es otra cosa, estar sin mi hija "porque sí" aún me es extraño.
Hoy más que nunca sé que soy otra. Y lo mejor de todo: sé que no hay retorno.
Y sin embargo no recuerdo haberme aburrido....antes.