Hace casi un año volvía al trabajo después de mi licencia por maternidad. No sé cómo lo hice y mucho menos me acuerdo qué fue lo que hice. Tengo borrados los nombres de mis alumnos del año pasado. Recién ahora, leyendo mis posts del foro en el que escribía, puedo recordar algunas cosas. Guillermina tenía 3 meses y medio. Desde el primer día decidimos que se quedaría por la mañana con David. Las dos tardes que yo trabajaba en ese momento la cuidaría Mirtha, mi suegra.

Sé que me fui tranquila: Guille estaba siendo cuidada por su familia, estaba en buenas manos. Pero así y todo no pude evitar el desgarramiento. Apenas podía concentrarme. No creo que haya sido una buena docente en ese momento. Así, los perjudicados de las cortísimas licencias por maternidad somos varios: principalmente la díada mamá-bebé, pero también aquellos que dependen del trabajo que hacemos. Una puérpera necesita silencio, calma, bebé en brazos, libertad para fluir. Y el mundo del trabajo es otra cosa, y es otra cosa en serio, eso lo sabemos todos. Esto escribía en el foro el 22 de junio del año pasado:

"Hola chicas! Tanto tiempo....la verdad es que tuve una semana complicada y ahora que ya empecé a trabajar creo que se me va a hacer difícil seguirles el ritmo....jejeje. La verdad es que el comienzo estuvo mucho mejor de lo que yo esperaba...pero cómo la extrañé por diossss....me sentía re sola cuando, en realidad estaba rodeada de un montón de gente (mis alumnitos: había tarea profe!, mengano me tira el pelo!, me escondieron la lapicera!, puedo ir al baño?, no entiendo!....y ese tipo de cosas durante tres horas con cada curso...por dios, después de tanto silencio me volví re loca...no los quería escuchar másssss). La sala de profesores era peor...había una mala onda terrible por las cosas que están pasando en el país....si hablo de eso me pongo peor , así que opté por ponerme a pavear con unos compañeros, firmar una moción de paro (el sueldo es bajo y vale la pena luchar para que nos aumenten...pero entre nosotros chicas: yo quiero estar en casa...jejeje). Bueno....igual no estuvo tan malo, lo malo es que después de todo un día de trabajo hay que llegar, hacerse cargo de la casa y de un bb chiquito y es bastante agobiante....puffffffff".


En ese momento yo no entendía por qué sentía esa incomodidad tan profunda con mi trabajo. Pensaba que estaba mal sentirme así, que no podía ser. No entendía por qué yo no estaba ansiosa por volver al mundo del trabajo, como la mayoría de las mujeres que conocía en ese momento. Y eso aumentaba mi angustia.

De todas formas seguía pensando que "trabajar, salir, dejar al bebé un rato" eran cosas que realmente me iban a hacer bien. Así que lo hice, me ofrecieron un reemplazo por 12 horas que implicaba dos tardes completas enteras afuera de casa, aparte de las otras dos tardes que ya trabajaba. Volvía llorando de esa escuela todos los días y en varias ocasiones tuve que hacer un esfuerzo enorme para no llorar delante de los chicos.

Así el mundo seguía su rumbo y yo me incorporaba a él. Y mi puerperio, aunque ya llevábamos 4 meses transitándolo, no se instalaba del todo. Yo no dejaba que se instalara, tenía un miedo terrible a conectarme con eso, a ver lo que iba a ver.

Pero un día dije basta. Largué el reemplazo y me zambullí de lleno en la oscuridad de mi alma, y lloré y pensé y recordé y renací. Finalmente renací. Fue un camino durísimo. Darme cuenta de que lo que necesitaba era replegarme, quedarme en casa, trabajar lo mínimo. Pude hacerlo, pude elegir y estoy feliz de haber tomado esa decisión y de que mi marido me apoyara en todo. Ya algún día contaré todo mi puerperio y cuál fue el detonante máximo por el cual logré conectarme conmigo misma. Por ahora solo esta reflexión acerca de lo duro que es para una mujer puérpera volver al trabajo. Porque del silencio y la conexión con tu bebé salís a un mundo que siguió su curso, que no paró un momento y que hace de cuenta que vos sos la misma que salió de licencia por pre parto 4 meses antes.

También fue desconcertante (lo es aún hoy) el hecho de ver que, a pesar de estar en un ambiente mayoritariamente femenino, en donde casi todas mis compañeras ya han tenido hijos, no me sentí "acompañada". Todo lo contrario, me encontré con un montón de mujeres viviendo su maternidad "a los ponchazos", saliendo al mundo lo antes posible "porque hace bien" y recomendándote que hagas lo mismo. Incluso he escuchado a más de uno diciendo: "Si la licencia era más larga, yo enloquecía". Claro, de eso se trata el puerperio, de enloquecer y de que alguien nos cuide en ese desvarío.

Agradezco a mi alma por haber sentido esa terrible incomodidad y permitirme volver al lugar del que no debí salir en estampida. Seguimos caminando.