Todos los días de la semana pasada fuimos con Guille al jardín durante una hora, de 11 a 12 de la mañana. Esta semana el horario se empezaba a ampliar y la verdad es que me dio un poco de angustia la situación: Guille no se despegaba ni un segundo de nosotros. El sábado fuimos al cumpleaños de una nena del jardín y también estuvo con nosotros todo el tiempo. Y empiezan las dudas acerca de cómo uno procede. Cuando ves a los otros chicos jugando y riéndose todos juntos, cuando ves a nenes que lagrimearon dos segundos y después se pusieron a jugar y lo pasan bárbaro, empiezan las preguntas.
Porque todo padre, en algún momento, se pregunta si está haciendo bien las cosas. La semana pasada, cuando le explicaba a Guille que me iba a ir un ratito al otro salón, ella me abrazaba y empezaba a llorar. No me iba obvio, y tampoco me iría sin explicarle que me voy. No sé, es mi opinión, no me gusta irme a escondidas. Creo que mi hija merece que le explique lo que está pasando. Pero claro, como dije antes, ver a los otros nenes tan contentos, te genera dudas.
Dudas que hoy comenzaron a desvanecerse. Llegamos, colgamos la mochila, cantamos y las seños propusieron ir al jardín a ver a las tortugas (por cierto, es lo único que NO me gusta nada del jardín: las tortugas no deben tenerse de mascotas! Pero bueno, el jardín perfecto no existe, me repito como un mantra y sigo...), Guille me soltó y salió corriendo, yo me quedé en la parte de adelante esperando que se diera vuelta y volviera...pero eso nunca pasó. Se quedó allá atrás en el jardín con Lorena, la seño. Yo me quedé con otras mamás conversando. Al rato la espié y le estaba estirando los brazos a la seño, que la hizo upa automáticamente :) Otra maestra me vino a avisar que estaba bien, a upa porque ella había querido. Pensé que con media horita sola era bastante y me iba a venir a buscar. Pero eso tampoco pasó. La seño trajo un tupper con tizas y yo la espiaba detrás de la cortina. Y fue tan lindo verla alrededor de los otros nenes, intetando acercarse a Lorena para agarrar una tiza. Estaba seria, concentrada, dibujando. Y yo respiré aliviada.
Después sirvieron galletitas y agua. Esto no lo vi porque estábamos lejos en otra salita, pero me lo comentaron algunas mamás que tuvieron que ir a estar un ratito con sus hijos. Casi sobre las 12 la veo en el medio del patio con la mochila puesta y jugando con Felipe, uno de sus compañeros :)  Cantaron la canción de despedida y nos llamaron para salir. Vino tranquila y salimos caminando. La Seño super contenta y yo aliviada de que Guille se integró. Necesitó su tiempo y nosotros se lo dimos. Claro que puede haber retrocesos. Pero este fue un gran paso y me siento muy contenta.
Verla crecer es un shock ♥

*La imagen es mía y está inspirada en las tantas fotos de globos que hace Karina Manghi. Claro que a mi no me salen tan bien!