Nunca fui de fotografiar flores, pero desde que vivimos en casa con patio, me atraen. Tal vez sea porque veo el proceso y no solo el resultado. En junio planté los bulbos de las fresias, sin muchas esperanzas porque recién estoy empezando a cultivar flores. Crecieron muy bien y hace dos semanas que cotidianamente me doy una vuelta por la maceta. Ayer aún no se habían abierto, pero ya perfumaban todo alrededor.
 En el barrio encontré un cerezo. No da para hacer el festival de la primavera, ¿se imaginan a todos los vecinos abajo de 1 sólo árbol? Un poco bizarro. La cosa es que floreció la semana pasada, pero ayer hubo un viento tan fuerte que le voló la mitad de las flores. El domingo fui a hacerle unas fotos, lástima que no llevé el zoom, creo que hubiera funcionado mejor. D se trajo una rama para ver si podía hacer un injerto, ahí tiene dos proyectos de futuros cerezos. 
Volviendo al tema de fotografiar flores, me di cuenta de que son coloridas, no se quejan cuando les sacás fotos ni se tapan la cara (como dos que conozco por acá), vienen siendo la alternativa más simple para completar mi 365. Me voy a trabajar y, de paso, a disfrutar de los últimos días de frío.

Manzanilla Azalea Una flor Cerezo Todo futuro Efímeras