En la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2012, yo solo quiero contarles cómo esta vez salvamos nuestra lactancia ♥

Con Emilio la lactancia se inició en el quirófano. Medio a escondidas del médico, que no aprobaba tal cosa (jejeje). Todo hacía suponer que sería un camino facilísimo: madre super informada, lactancia a demanda, buen agarre. Pero no, fue difícil también esta vez y aunque finalmente debo decir lo logramos, tengo dos conclusiones:

- no te ates a tus planes
- soy pésima para las cosas maternales (!!!)(por qué tengo un blog de maternidad??? apaguemos la luz, YA!) ;-)

Volvimos a casa y Emilio tomaba toda la teta que quería de día y de noche en sucesión continuada. Primer control: no aumentó lo suficiente. Reacción materna: los pediatras no saben nada de lactancia, son unos inútiles, no sirven para nada, con mi lactancia no se van a meter, si es evidente que aún no me bajó la leche, es lógico que baje hasta e 10% del peso los primeros días, no saben nada, son unos irrespetuosos y algunos otros varios improperios. Cambio de pediatra. Segundo, tercer, cuarto, quinto control: Emilio no aumenta lo suficiente. Empezamos a analizar causas, como para ir viendo. Mi pediatra pro-lactancia (el segundo en la recorrida) me dice después de 5 controles con aumento mínimo de peso (unos 20grs semanales): "Ahora te vas a ir a tu casa, vas a comprar una cajita de vital y se la vas a dar". Lo miro, me mira, me dice "¿Se la vas a dar?", repondo "Lo voy a pensar, pero no creo" (para ser cortés). Me voy y no regreso nunca más.
Busco a la pediatra más pro-lactancia de Rosario: Velia Peralta. Velia nos apoya, nos espera, nos contiene. Pasan los meses. Emilio nació con 3 kg y a los 4 meses pesa 3,5 kg. Es difícil aguantar. Cuando ya hasta Velia me suelta la mano, intento darle un poquito de fórmula con relactador, no la acepta. Mi razonamiento me dice "si no acepta la fórmula es porque no la necesita". Ok, seguimos adelante. Llega el tiempo de los "estudios", sí, preferí pincharlo antes que mandarle fórmula sin investigar un poco. Análisis de sangre y estudios del corazón. No tiene nada. Me toca el turno de la indagación personal: ¡puta madre! ¿cómo puede ser que me cueste tanto? Fines de enero, Emilio tiene 4 meses y pico, sigue pesando 3,5kg y yo acepto darle un poquito de fórmula, siempre con relactador (¡lo que cuesta meterle el relactador! pordió). Mientras tanto me saco leche con sacaleche para aumentar la producción.

(En el medio leo "El poder del discurso materno" y me quiero matar, decido no leer nunca más a Laura Gutman y también decido dejar de castigarme, no tengo tiempo para resolver el pasado en ese momento, la prioridad es que Emilio aumente por fin de peso).
El día a día se convierte en una sucesión interminable de tetas, relactador, preparado de fórmula, lavado de la sonda con una jeringa, sacaleche, lavado del sacaleche, teta de nuevo. Y así. Decido relajar un poco, es decir, descansar la mente, dejar de martirizarme. Sigo con la rutina del relactador durante 1 mes y medio. Emilio aumenta por fin de peso. Después de este breve "no pensar" recibo la invitación de Sandra, una de mis amigas doulas que está estudiando puericultura con Susana Fleischman y Violeta Vázquez, de Panza y Crianza. Necesitan gente que les sirva de "práctica". Allá voy, a ver si puedo reflotar mi lactancia y quitar el relactador. Emilio tiene 5 meses y medio, aún no entró en la curva de crecimiento pero no importa porque está bien y Velia nos apoya con lo del relactador. Nos atiende Susana, nos escucha, hablamos un buen rato con el resto de las chicas que están ese domingo y me vengo a casa con una detallada prescripción de pasos a seguir: sacaleche y domperidona para aumentar la producción. La domperidona es el nombre genérico de una droga que se usa para tratar los vómitos. Es como el clásico reliverán, pero mucho más potente. Para hacerlo más o menos breve: en dos días, reduzco la cantidad de fórmula a la mitad (de 300cc a 150cc por día). En una semana Emilio está solo con lactancia exclusiva después de un mes y medio de lactancia mixta (aunque siempre con relactador). No sé por qué pasó lo que pasó, por qué de nuevo costó tanto: si la producción estaba bien, si el agarre estaba bien, si se prendió en el quirófano, si no lloró jamás por hambre, me sigo preguntando por qué carajo no aumentaba! Porque la verdad es que no aumentaba bien, yo me la banqué 4 meses, pero fue difícil verlo así tan escuálido, frágil, transparente. Era muy impresionante. Y toda la gente alrededor, preguntando por qué era tan flaco, que si tenía una semana (cuando tenía 4 meses!), que si estaba enfermo :( Mucho estrés.
No sé si realmente influye o no el pasado, la crianza poco amorosa que tuve, no se si influye o no la situación familiar del momento en el cual llegó Emilio. La verdad es que no importa si influye o no, lo que finalmente importa (me importa) es que aunque instalar la lactancia me llevó 6 meses (¡6 meses!) no me arrepiento del inmenso, enorme, grandísimo trabajo que me tomé. No me arrepiento de ninguna de las veces que preferí tomarme el trabajo de preparar y lavar el relactador a la facilidad de preparar una mamadera. Al fin y al cabo así pude salvar nuestra lactancia ♥


En definitiva tuve los mismos problemas de lactancia que con Guille, la diferencia es que esta vez busqué ayuda :)
Un gracias enorme a toda la gente que nos ayudó de una u otra manera. Han sido 10 hermosos y felices meses de lactancia (y ojalá sean muuuuchos más!). Meses de mucho aprendizaje también. Gracias a tanto recorrido hoy Emilio come de todo y toma solo teta, ni leche de vaca ni agua (ni agua acepta!) y mi corazón desborda de felicidad cuando abre la boca la leche se le cae por la comisura ♥ Sigue aumentando de a gramos el muy guacho, es el mini Emilio ;-)

Cuando nos acostamos a dormir la siesta y Emilio se mata de risa sabiendo que se viene el momento teta, todo tiene sentido :)


Quiero agregar que también recibí apoyo de varias líderes de Liga de la Leche (las quiero chicas!), pero creo que en mi caso particular necesitaba un apoyo más clínico y por eso me vino tan bien la ayuda de una puericultora :) Pienso que todas las ayudas son buenas y los problemas de lactancia se resuelven mejor con una mirada interdisciplinar.