Guille con cara de "¿Cuándo te lo vas a llevar?"
Guillermina tiene amigos imaginarios. La cantidad va "fluctuando", lo máximo que hemos tenido de visita son 4. Vienen, juegan con ella, le charlan, le dan órdenes y en general, siempre están cumpliendo años. Tengo que confesar -no sin ruborizarme- que soy muy miedosa, pero muy, muy. Sobre todo de las cosas sobrenaturales, espíritus y demás. Por eso cada vez que aparecen yo me quedo mirando los lugares que Guille me señala, con terror. Obviamente ella no sabe que mamá le tiene miedo a sus amigos, jeje. Gui es muy imaginativa cuando juega, realmente a veces me sorprende, pero le cuesta bastante la interacción social -tiene a quién salir porque ni David ni yo tenemos la habilidades sociales muy desarrolladas- y pienso que se refugia en eso. Por otro lado habla muy cruzado -tiene un vocabulario super amplio y complicado con palabras como "perseguía", "maravilloso", "exquisito", pero todo cruzado, por ejemplo dice equitito para decir exquisito y así- y yo supongo que sus amigos imaginarios la entienden a la perfección, no como sus compañeritos de jardín. A mi me da un poco de pena que tenga esa dificultad para relacionarse porque sé que se sufre muchísimo, pero tampoco sé muy bien para qué lado disparar porque yo soy un queso relacionándome. Ojo,tengo amigos, puedo ir perfectamente a un lugar desconocido y establecer una conversación, pero sufro mucho al principio. Después me suelto y no me para nadie, termino dando una conferencia jaja! Volviendo al tema de sus amigos imaginarios, yo se los protejo bastante de las miradas inquisidoras -que son pocas porque mi familia y amigos jamás nos juzgan, por suerte-, creo que es una buena forma de practicar esas habilidades en las que se quedó un poco atrás. Es juego simbólico y creativo, y también una forma de expresión de sus emociones, aparte de un poderoso motor de producción verbal. A veces me cuenta que a "Ben" (uno de los más fieles) le pasan cosas que le pasaron a ella y le ayuda a su amigo a resolverlas. Es interesante ver el proceso, aunque insisto en mi terror a que la nena venga un día y me diga "mami, veo gente muerta" jajajajaja. El hermano de Ben es Tom y de ahí parte una intrincada rama familiar que a veces no entiendo muy bien. 
Vinieron el domingo pasado, con tanta fuerza que hasta tuvimos que dejarle un lugarcito en la mesa, primero me exigió que les pusiera plato y cubierto pero después me dijo "ah, no, son de mentira", así que bastó con que les dejáramos espacio físico. A la tarde le hicimos una torta de cartón que empezó a decorar, pero se nos hizo tarde y no le pudimos cantar el feliz cumpleaños. Ya volverá y tendrá su fiestita. O no, porque a veces desaparecen por meses y probablemente un día ya no vuelvan ;-) 

Emilio en cambio, no es imaginario, es real. Gatea a toda velocidad y le agarra los juguetes y le despelota todo. Bloques, papeles, muñecos, lo que sea que agarre lo revolea y se mata de risa. Pega unos grititos de alegría y Guille se ríe, pero lo cierto es que no le gusta un carajo cuando el hermano le tira todos sus juegos al piso. Guille suele tener sus berrinches, pero veo que también tiene el temperamento tranquilo del padre e intenta todo antes de estallar: lo agarra de las axilas desde atrás para alejarlo, le dice "acá no bebé", le saca la mano de lo que está tocando, me llama y me pide que me lo lleve. Y si nada funciona, ahí entonces grita un poco. Tiene una temporada de jugar arriba de la mesa para que el hermano no le toque nada. El otro la ve y va corriendo a colgarse de la silla, la verdad es que la acosa bastante, pero a mi me da tanta ternura cómo la sigue desesperado. Ahora no sólo gatea y se para, ya camina perfectamente agarrado de los muebles y a veces cuando termina el mueble en cuestión él sigue su ruta, pero pobre, sus piernitas no lo acompañan así que se da terribles golpes. Yo sufro y me pregunto si tengo que soltarlo o tenerlo agarrado para que no se golpee tanto. 
Ayer Carolina me preguntaba si anda siempre descalzo. Y la respuesta es sí, anda siempre descalzo. Cuando hace mucho frío le pongo medias, pero nunca zapatillas ni zapatitos. En primer lugar porque soy una dejada (jaja), en segundo lugar porque en casa andamos todos descalzos y en tercer lugar por este pensamiento del gran Díaz Walker. Por si no lo leen, él plantea que un escarpín o mediecita disminuye muchísimo la capacidad de movimiento del pie y obstaculiza el desarrollo. No sé si es tan así, pero la verdad es que el apoyo teórico a mi dejadez crónica, le cae como anillo al dedo. Es parte de mi proceso de simplificación de la vida ;-) Una ocupación menos. Cuando Emilio camine bien (si eso es antes del verano) le voy a comprar unos zapatitos de cuero ecológico, bien blanditos, para cuando salgamos (así la gente no se escandaliza). Si vieran cómo se vuelven locos todos cuando ven a Emilio descalzo, le frotan los pies, me dicen "tiene frío", etc. Y yo tengo que andar dando explicaciones, que no son las de Díaz Walker porque ahí me miran todavía peor ;-) 

Hoy me despaché hablando de mis hijos, me cuentan de los suyos en los comentarios?¿Amigos imaginarios?¿Pies descalzos?