90 evaluaciones corregidas en una tarde (quedé lela), notas entregadas, sensación de deber cumplido a pesar de procastinar toda la semana. Terminé de leer Los miserables (estoy leyendo los clásicos que me quedaron pendientes)(me dio bronca el personaje de Mario, tan superficial, un bobo! amo a Jean Valjean). Me porté muy bien llevando a Guille a un cumpleaños de un compañerito del jardín (era muy lejos) el día más frío del año y tuve la primera sesión con la fonoaudióloga. Hoy Emilio me dejó muda arrastrando una silla sostenido en sus ¡dos patas!, antes habíase tirado la máquina de coser encima (estaba en el piso la máquina, la volteó digamos), vaciado los estantes inferiores de la biblioteca, sacado una botella de vino de la bodeguita y revoleado todos los cd's que quedaron a la vista. En el medio te mira y se mata de risa como diciendo "en tu cara!". Todo eso a la tierna edad de 8 meses. Igual es el bebé más fácil de criar de la historia. El universo se apiadó de mi (y lo digo siendo conciente de etiquetarlos ¡qué le vamos a hacer!). Los berrinches de Guille cesaron muchísimo. Ahora tiene 1 o 2 a la semana, máximo. ¡Empecé a cobrar! Por fin, después de dos meses de trabajo. David quedó efectivo en la empresa a la que entró. Digamos que fue una semana intensa. Estoy cansadísima. Quería postear las fotos del baño de Emilio, pero flickr no anda. Me voy a dormir y las cargo mañana. Les dejo este post bastante pobre. Es la cotidianidad absoluta colándose por acá.

(acá están!)


Un super baño
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