Tuvimos una semanita terrible, entre festejos que no terminaban y los últimos coletazos de trabajo. De hecho estoy escribiendo esto el 25 a la mañana, después de haberme puesto a terminar un fotolibro que tengo que dejar enviado hoy mismo. Por supuesto no llegué a ver a toda la gente que quería ver, ni siquiera a mis hermanas. Y los regalos fueron compras de último momento, sin mucha preparación. Todos estamos en la misma. Emi y David se cortaron el pelo, yo trabajé sin parar y me tomaré unas vacaciones sin pendientes en muchos años (no puedo creerlo!).

Anoche la pasamos los 4 solos en casa, pusimos la repetición de la final contra Francia y vimos el final justito antes de brindar. Una Navidad perfecta y sencilla. Me emociono. Ahora en un ratito vamos a almorzar a la casa de los padres de David.

Así fue nuestra semana. Desarmando macumbas y protecciones varias. Esperando pibes en las escuelas que al final no aparecieron y solo fue ir a firmar. Esperando gente que quería retirar sus fotos durante muchas horas. Y ayer finalmente cocinando para la cena de Nochebuena (comimos sanguchitos de carne). La cápsula del tiempo de Qatar tendrá que esperar, es comprensible, somos campeones.