Vamos de a poco porque estas últimas 3 semanas se vivieron casi como un año completo. Fue: festejos, festejos, festejos, trabajo, trabajo, trabajo, Navidad, vacaciones, fin de año, cumpleaños, vuelta a la realidad suspendida allá por el 1/12/22.
Puntualmente, la última semana del año decidimos salir de vacaciones para pasar el 31 en otro lado. Salimos el 26 de diciembre hacia Tucumán, llegamos a Monteros a las 17 aproximadamente. Dormimos allí en un hotelito hermoso que encontramos. No conocíamos la ciudad más que de pasada y me encantó lo decorado que estaba todo por Navidad. Les gusta mucho hacer la merienda, eran las 20hs y no conseguíamos bar para cenar porque aún servían la merienda. Comimos un sandwich de milanesa en la plaza de los adornos navideños. Muy suculento y barato.
Al otro día desayunamos y salimos para Tafí del Valle, pasamos unos días hermosos en el medio de valles verdes. Lo que más nos gustó del alojamiento de Tafí es que había muchísimos perros. Ahí dormimos dos noches y luego salimos para Cafayate, en el medio pasamos por las Ruinas de los Quilmes que era uno de los pendientes del Norte. Me gustaron muchísimo.
El año lo terminamos en Tilcara, junto a Tere y su familia hermosa. La pasamos muy bien :-) Así terminan entonces estas 52 semanas o un 365 desordenado. Lo disfruté muchísimo, tengo un año completo de recuerdos para visitar, un año que se sintió como 3 años por la enorme cantidad de cosas que sucedieron, por lo durísimo que fue en muchos aspectos. Ya estamos del otro lado, que este año no sea tan movido por favor. Es casi mi único deseo :-)
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