1/12 autorretratos familiares. El barrio (o no)
31 enero 2019
Último día de enero y, si bien hace rato que decidí repetir este proyecto que quedó trunco en 2017, lo cierto es que no podía terminar de concretar la foto. Hoy sacudí la modorra de todos y la hicimos. No resultó la idea que tenía en mente, por el horario no era muy seguro andar con trípode y cámar en el lugar real en el cual quería hacerla. Y en el lugar que utilizamos, el espacio de la vereda conspiraba contra el equipo. Así que "el barrio" que quería mostrar lo van a tener que imaginar o también pueden ir a leer este post sobre #nuestravidaenpichincha. En este autorretrato solo quedó la naturalidad que podemos lograr en 20 disparos consecutivos (bien poca, por cierto). Aunque, viéndolas, somos un poco así.
Este año, completo los 12 autorretratos familiares cueste lo que cueste. Me da tanta emoción ver las de 2017 que no quiero perderme esa sensación por nada del mundo.
Las fotos están hechas en la vereda de la secundaria de la escuela Gurruchaga, donde mis niños cursan su primaria.
Y mañana empiezan los 28 días con Emilio y Guillermina (séptimo año para Emi, cuarto para Guille!).
8 años
25 enero 2019
Hace 8 años era una mamá joven con una niña pequeña de la mano y hacía dos años que escribía en mi blog. Atravesábamos un enero durísimo porque en diciembre había recibido la noticia de que perdía mis horas docentes en la escuela Agrotécnica. Eso fue un shock no solo por quedarme sin trabajo ni bien pisara marzo, sino porque amaba trabajar en esa escuela y allí estaban mis amigos. Pero como soy capricorniana, ya estaba buscándole la vuelta y había pasado todo enero buscando cómo sacar dinero de aquello que hasta ese momento era solo un hobbie, una pasión <3. Este es el post en donde presentaba mi web. Y como si fuera poco ese mismo día de 2011 nos enterábamos de que llegaba Emilio a completar nuestra familia.
El 25 de enero de 2011 presentaba mi web y mi proyecto, después todo llegó: conté con condiciones beneficiosas para emprender y encontré un nicho que, junto con otros fotógrafos de la zona, se formó de cero en nuestra ciudad. Tuve la enorme fortuna de "picar en punta" y de que fueran años de crecimiento económico. A veces me estanqué, me desanimé, me frustré. Solo para volver con más energía la próxima vez. No tenía estudio, así que hacía las sesiones al aire libre o en la casa de mis clientes. Fueron épocas felices de crecer junto a esas familias. Después llegó el estudio en casa, donde hacíamos malabares para que Emilio y Guillermina no se asomaran a ver a los bebés, nuestras niñeras -Azul y Lisa- luchaban para tenerlos en el patio y que no se escucharan los grititos. El "estudio" era, además, nuestra pieza. Todos los días corríamos el colchón y desarmábamos la pieza para armar el estudio. Regalamos el sommier porque llevaba muchos meses en el galpón y de esos años nos quedó la costumbre del colchón directo en el piso. Finalmente, en 2016, el espacio propio. Cuánto pasó y cómo marcó nuestra vida esta aventura. Por eso me tomo el tiempo de recordarlo ❤
Tuve que escuchar decir que "me hacía la fotógrafa" o "por qué teniendo una carrera universitaria hacés esto". No tengo respuesta para esos interrogantes, solo seguí a mi deseo que me gritaba que emprendiera, que hiciera crecer lo que me apasionaba. Mis hermanas, mis amigas y David me apoyaron incondicionalmente.
Puse de pie mi proyecto, no sin costos emocionales y físicos, porque a los emprendedores nos falta aprender a cuidarnos (20 kilos de más, atracones, ataques de pánico en un combo letal). Fui feliz y estuve triste, porque el proceso suele ser una montaña rusa. Se armaron intrigas a mis espaldas y me pregunté por qué yo era "importante" para esa gente que iventaba semejantes disparates. Me alejé de ese mundillo cruel y me concentré en mis clientes, que fueron maravillosos el 99.8% de las veces. Aprendí a perdonar cuando no lo fueron. Inspiré o me odiaron con la misma pasión, no soy una persona de grises y aprendí a entenderlo.
Por supuesto hoy, después de una crisis personal profunda, me aterra pensar en mi emprendimiento, en este sueño acariciado y mimado tantos años. Me asusta perderlo. Pero me digo a mi misma: "¿qué harías si no tuvieras miedo?" Seguir trabajando y creciendo, eso haría. Entonces, allá vamos <3
Hace muchos años, en este mismo blog me decían "tenés que hacer algo con la fotografía". Acá estoy, espero haber sido digna. Les quiero <3
8 años, dos estudios, más de 1500 clientes, 9000 seguidores en Facebook y más de 7000 en Instagram. Breve resumen en 8 fotos.
2011 Camilo
2012 La panza que cuidaba a Giuliana y Fabrizio
2013 Luciana
2014 Álvaro
2015 Agustín y Allegra
2016 Francisca
2017 Helenna
2018 Lázaro y su familia, a quienes fotografío desde 2012 :-)
Enorme GRACIAS a mis amigos, clientes y familia. A mis suegros que cuidaron tantos años con amor a Guille y Emi. A mis mentoras: Jackie Rueda, Eva Lagos y Hersilia Álvarez (de todas aprendí TANTO!). A mis amigas fotógrafas con las que comparto el día a día: Sofi, Carla, Beby <3 A Melero Rodríguez por llevar adelante en Rosario un nicho que hace 10 años no existía (ellos celebran este mes sus 10 años!) y a Cata Ávila porque gracias a ella pude pagar en pesos argentinos capacitaciones internacionales con las mejores del mundo (Ana Brandt y Kelly Brown ❤).
Estoy lista para seguir creciendo.
Estoy lista para seguir creciendo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Luisina Serenelli
Docente // Fotógrafa // Blogger //Feminista // Doula// Escritora // Lectora incansable // Mamá de Guille y Emi // Enamorada de David // En permanente deconstrucción y construcción