De amor y de casualidad

Heredé. Compré. Me mudé con mi gata Frida. Viví con mi amiga Florencia. Hice reuniones. Cumplí años. Celebré que empezaba a trabajar como docente. Aprendí a cocinar. A Ahorrar. A mantenerme sola. Me enamoré. Viví sola un tiempo. Llegó mi perro Moro. Tomé sol en la terraza. Concreté sueños. Viví con David. Reciclamos. Nos casamos. Quedé embarazada. Nació Guille. Creció Guille. Llegó Emilio. Nos separamos. Volvimos. Y en 3 días ¡nos mudamos!

Pasaron 10 años. Mucha felicidad y algunas penas. Se cierra un ciclo. Estoy feliz.

#en breve trasmitiendo desde el hogar alquilado :)

No hice todas las cosas de mi lista anterior. La que más me tortura es no tener aún el registro. Tenemos un auto en la cochera desde marzo y ninguno de los dos sabe manejarlo. No se pregunten por qué compramos un auto si no sabemos manejarlo, las circunstancias se dieron así. Les cuento, después de pagar el autoahorro durante 7 años y de que ganáramos -y rechazáramos- la adjudicación unas 24 veces seguidas, se terminó el plan y nos tiraron el auto por la cabeza. Y la vida nos arrolla, no tengo tiempo, los días pasan de manera precipitada y lo cierto es que NO LLEGO. David intentó sacar el carnet "así nomás", digamos, "sabiendo a medias" y lo recontra bocharon ¡2 veces en una semana!. Así que el camino corto no me sirve. Pero de octubre no pasa, ya se los digo.

Fue el cumple de Emilio. 2 años ya. Todo pasó tan rápido. Con decirles que ya habla y creo que no me di cuenta de cuándo ocurrió. Todavía toma teta <3 , aunque vamos camino al destete (no tengo ni idea de cómo voy a hacer, el tipo pasa un par de días sin teta cuando viajo circunstancialmente a Buenos Aires y cuando llego, vuelve a pedir!).

Supongamos que tenés una pasión, entonces la convertís en trabajo y pensás que vas a ser super feliz. OK. No, cuando es trabajo, perdés el 50% de la pasión. O será que soy vaga y no me gusta trabajar, queselevaahacer! Pero a veces tengo ganas de mandar la fotografía a la mierda. Bah, no, digamos la verdad, tradicionalmente, en esta época del año, tengo ganas de mandar todo a la mierda. Así que no es justo que me queje de la fotografía. Pero les confieso que solo saco la cámara para trabajar, que a mis hijos no les saco fotos y que del cumple número 2 de Emilio no hay ni un miserable registro, lo cual hace crecer mi culpa hasta límites insospechados.

Acabo de repasar la lista del post anterior, bastante bien, me faltan la licencia y los cinco kilos. Cuando vuelva, seguramente a Guille se le habrá caído su primer diente (lo tiene flojo desde anoche, emoción!), Emilio pronuncie unas cuantas palabras más y yo esté tapada nuevamente de evaluaciones por corregir y trabajos por entregar.

Necesito ya un proyecto creativo que me motive, a ver si llego a fin de año más animada. ¿Sugerencias?