Increíble todo lo que hice estas últimas tres semanas. Si me pudieran ver por un huequito, se hubieran matado de risa. Tuve tantas crisis de llanto por los ataques que me daban de "no llego" que tal vez hubiese terminado con todo antes si no lloraba tanto. Incluso no creo haber llegado al final de manera exitosa, pero eso ya lo veremos más adelante. Tengo esa sensación de que estuve sembrando en tierra árida y mis esfuerzos no servirán para nada. Si -me dirán ustedes y me diré yo, para conformarme- todo es un aprendizaje. Bueh, estoy medio harta de aprender cosas.
Como sea, necesito #menos. Diciembre fue caótico: mesas de examen, cumplir horario, Mots, sesiones de fotos, editar las sesiones, armar el arbolito, presentar un proyecto a última hora, comprar regalos. Por suerte no me enganché en la locura del leregalamoshastaalavecina, no, no, no, sólo a mis hijos, a mi sobri y a los hijitos de mi amiga porque los amo y a nadie más ¡qué tanto! Otros años me subí a ese tren en donde parece que todos compitiéramos a ver quién regala más y mejor...no me agarran más!
Igual venía a decir que hace unos años me había propuesto vivir las fiestas de forma pacífica y relajada, pero este año la slow life se me fue al tacho. Eso hizo que llegara al final con el último aliento. Después del 24 y 25 no me podía levantar, terminé agotada.
Mañana tengo una sesión familiar y se termina el trabajo de este año. Y de paso si tengo un tiempito vengo a hacer una mini recopilación de posts del año, balance, algunos proyectos para 2013 y ¡adiós 2012!

*este post sale así todo cachuzo...la magia de los blogs que le dicen ;-)