El 366 lo estoy llevando a golpe de Instagram. Porque sí señores, después de 7 años de uso continuados ¡cambié el celular! ¿Te atiendo cuando llamás? No, tampoco, en general porque no lo encuentro (antes era porque no funcionaba el timbrecito). No quería caer porque sé que soy medio fanática de la web, pero al final me compré un smartphone y uso el celular para las cosas más inverosímiles, pero rara vez como teléfono. Lo genial es que puedo sacar fotos por todos lados sin temor a que me roben el camarón. Lógicamente la calidad de las fotos no es la misma, pero para fotografiar mi entorno, sirve perfectamente :)
Guille volvió ayer a la escuela. Resulta que mi hija a veces tiene ideas extrañas (¿a quién habrá salido?) y una de ellas fue que "no soy a hablar en el jardín". La vengo intentando convencer de que hable, porque eso pone nerviosa a la maestra (no nerviosa mal, sino inquieta). Después ya me resigné y simplemente pienso que si ella va feliz y contenta y no quiere hablar, y bueno ¡que no hable! Pero lo cierto es que le da un aire de rareza y es lógico que yo no quiera que pase eso, sobre todo en una sociedad tan poco tolerante con respecto a las diferencias (igual aclaro que en el jardín de Guille son muy respetuosos con lo diferente, ojo). Bueno, la cosa es que le vengo limando la cabeza para que aunque sea le hable a la maestra (cero respetuoso lo mío, ok! es eso o meses de tratamiento con fonaudióloga, aunque me temo que voy a tener que mandarla igual a la fono). Como sea, parece que ayer habló. Digo parece porque fue lo que me contó ella, pero yo le creo. Y de todas formas, si no fue ayer, será mañana. Es imposible que con lo mucho que habla en casa pueda sostener el encarnizamiento de no hablar en el jardín. Porque, gente, a veces le pido que por favor se calle, que quiero escuchar mis ¡ideas! 
Por mi parte, arranco mañana o el jueves ( no lo tengo muy claro, la verdad). Estoy contenta de que el reemplazo siga y a la vez agotada de antemano. Hace frío y está nublado, pero sinceramente, creo que el invierno ya pasó, mañana es primero de agosto y los días van a empezar a mejorar aunque siga haciendo un poco de frío. Y lo mejor de todo esto es que ninguno de mis dos niños se enfermaron en lo que va del invierno y eso me pone super feliz, sobre todo porque soy vaga por naturaleza y clavarme una hora en una guardia médica no me cabe ni un poco. Y qué se yo, algunos lo atribuirán al hecho de no consumir lácteos, pero no ¿saben qué? yo pienso que es pura suerte que no se hayan enfermado (o capaz la mugre y el kilombo que hay en mi casa los tienen inmunizados? este es el mejor lugar para que un niño crezca haciéndole frente a todos los microbios, guarda! es POR ESO que no limpio mucho).
Y ahora, después de este martes tan lleno de palabras, los dejo con las fotitos que estuve tomando con el celu. Un poco de Rosario y algunas de mis hijos colándose por ahí ♥. Vuelvo el jueves ;-)