Obvio que las expectativas de las vacaciones eran "voy a hacer todo lo que aún no hice en el año". Todo, desde febrero en adelante, quedaba para hacer durante "las vacaciones de invierno". Y entonces llegaron y yo no hice NADA. Pero n.a.d.a, ni siquiera limpiar un poco la casa, ni deshacerme de una cantidad indecente de ropa vieja que tengo que dar YA. Y claro, como no cumplí con mis propias expectativas (que eran altísimas, imaginen hacer en dos semanas todo lo que hiciste en el año y encima ocuparse de los chicos) pintó el bajón. 
Por eso ni aparecí por el blog, para no contaminar con tanta queja. Pero ni con eso cumplí: acá estoy quejándome (bu). No debería fijarme expectativas hacia mi persona ¿no?
Vuelvo la semana que viene con las energías renovadas (ja-ja)