Hace años que tengo una especie de obsesión con este pan. Empezó cuando era una joven soltera recién mudada y cada vez que pasaba por Coto me compraba una bolsa llena de figacitas árabes. Una vez vi una receta en un librito que me habían regalado y decidí intentarlo, coincidió con el hecho de que en el Coto al que yo iba, dejaron de hacer las riquísimas figacitas. La primera vez fue un fracaso rotundo, naturalmente. Si algo NO me caracteriza es la suerte del principiante. Pero tampoco me rindo fácil, así que con algo de práctica y muuuucho trabajo el pan árabe empezó a salir bien. Ojo, que a veces venden pan árabe que no es tal. Cuando está bien hecho el pan tiene que abrirse al medio y deben quedar dos finísimas capas de miga de 1mm de espesor (+ o -). Digo esto porque en el supermercado de al lado de casa venden unos "panes árabes" de 5 cm de alto y bien macizos...eso no es pan pita.
La cosa es que yo pensaba "esto no puede ser tan trabajoso, en las calles de Marruecos esta receta es poco práctica y poco rendidora, TIENE que existir otra forma". Hace unos meses, durante mis experimentos con masa madre, logré el pan árabe tal cual. Fue un descubrimiento inesperado que me hizo muy feliz ♥. Después probé la fórmula con levadura industrial y ¡también salía! Fácil, rico, rendidor (bueno, no tan rendidor, ok), versátil. Ya van dos sábados consecutivos que los hacemos a la parrilla. Una vez en lo de unos amigos y otra vez en lo de mis suegros. Quedan geniales. Les paso las proporciones, explicaciones y paso a paso de la manera en la cual lo hago yo :)
No es precisamente una receta alternativa, lleva bastante levadura (industrial, otro día explico con masa madre) y harina de trigo blanca. Lo bueno es que se come poco, porque son solo dos finísimas capitas de pan.
Ingredientes:
- 1 cubito de levadura (el de Calsa trae 50grs.)
- 1 taza de agua tibia
- cantidad necesaria de harina de trigo (menos de 500grs., seguro!)
1 - Ponemos en un bol la taza de agua tibia y disolvemos en ella el cubito de levadura (que no queden grumos)
2. Agregamos la cantidad de harina que esa mezcla necesite. Simplemente empiezan a agregar harina al bol y van mezclando con la mano, debe quedar una masa suave, pero que no se pegue a las manos. Tiran en la mesa y empiezan a amasar, con unos 5 minutos de amasado es suficiente (yo no soy muy amante de amasar, jeje).
3. Dejamos descansar unos 10/15 minutos. Una vez que la masa haya levado, van sacando porciones pequeñas y las estiran bien finitas, casi transparentes (el descanso de la masa ayuda para poder estirarlas bien)
4. Cocción. Los pueden poner a la parrilla (como yo en este caso), aunque avísenle al que hace el fuego que van a necesitar muchas brasas, si no reciben un golpe de calor bien fuerte, no se inflan...así que ojo! En el horno, lo ponen a todo lo que da y los van haciendo directamente sobre las parrillas del horno o en una asadera sin nada. También se pueden hacer en una tostadora común, arriba de la llama bien fuerte (yo tenía un bol de masa en la heladera e íbamos sacando cuando queríamos un pancito). Sea como sea, tienen que dejar que se inflen bien, eso va a pasar en unos 5/6 minutos, dependiendo de la intensidad del calor.
Miren estas fotos, los pude bien finitos y a los 5 minutos se empiezan a inflar (eso es lo que hace que se separen las capas y después tengamos espacio para rellenar). Si le van a agregar sal, háganlo antes de mezclar la levadura con la harina, es decir, le agregan la sal a la harina y mezclan bien (ojo con eso porque la sal mata a la levadura, así que no deberían mezclarse directamente, en "seco")
Bueno, esta es mi manera. ¿Ustedes lo hacen?¿Qué proceso siguen? Si quieren contarnos pueden hacerlo en los comentarios :) Yo estoy feliz con mi proceso. Para la próxima queda pendiente mostrarles el de masa madre (queda igual y es más sano!)
Gracias a D por su inestimable ayuda, intenté hacer algunas fotos, pero me rendí en seguida: o hago el pan o hago las fotos.
Que bueno! Buenísima la receta! Esta la voy a probar. Gracias!
ResponderEliminarque interesante. Seguramente los haga en algun momento. Pero como las hacias antes que no quedaban, mas gruesas?
ResponderEliminarExcelente la explicación! me encantó. Nunca hice Pan Árabe pero por ahí me animo. Muy bien explicado. Gracias!
ResponderEliminarNunca hice, pero me la guardo para probarla, besos Luisi!
ResponderEliminarQué lindo es hacer panes!!! No podría vivir sin pan, a pesar de que las harinas no sean tan buenas en grandes cantidades...
ResponderEliminarEstoy leyendo estos dias a Gabriela Mistral para un ensayo que estoy preparando sobre mujeres latinoamericanas en ciudades europeas :) y me topé con este texto que ya está en cuadrito en mi cocina, espero que te guste...
Vanesa
La harina
La harina es luminosa, suave y grávida.
La harina clara del arroz, que cruje como la buena seda; la que llaman almidón, fresca como agua de nieve y que alivia la quemadura. La harina resbaladiza como la plata, de la patata pobre. ¡Las muy suaves harinas!
La harina grave, que hace la pesadumbre de la espiga del arroz o del centeno, tan grave como la tierra, tierra ella misma que podría hacer caminos lácteos para criaturas sin pecado original.
La harina suave, que resbala con más silencio que el agua y puede caer sobre un niño desnudo y no lo despierta.
La harina es clara, suave y grávida.
La harina materna, hermana verdadera de la leche, casi mujer, madre burguesa con cofia blanca y pecho grande, sentada en el umbral con sol: la que hace la carne de los niños. Ella es bien mujer, tan mujer como la goma y la tiza; ella entiende una canción de cuna, si se la cantáis y entiende en todas las cosas de mujer.
Y si la dejáis solita con el mundo, ella lo alimentará con su pecho redondo.
Ella puede también hacerse una sola montaña de leche, una montaña lisa por donde los niños rueden y rueden.
Harina-madre y también niña eterna, mecida en el arrozal de pliegues grandes, hijita con la que los vientos juegan sin verla, tocándole el rostro sin conocérselo.
La clara harina. Se la puede espolvorear sobre la pobre tierra envejecida y negra, y ella le dará unos campos grandes de margaritas o la decorará como la helada.
La harina es clara, suave y grávida.
Si caminara, nadie le oiría los pies de algodón, que se sumen, de pesados, en la tierra; si quisiera bailar, se le caerían los brazos graves; si cantara, el canto se le apagaría en la gruesa garganta. Pero no camina, ni baila, ni canta. Si quiere tener otro nombre, hay que hacerle nombre con tres B o tres M blandas.
Gabriela Mistral
(1926)