Escondidas!



Por fin llegó el viernes. Esta semana fue terrorífica. ¿Por el trabajo? Podría, pero la verdad que no. ¿La dieta? No, vengo masomenos, digamos "acostumbrando" el cuerpo. ¿Por Emilio? Sería razonable, pero tampoco.
Guillermina me está llevando al borde del colapso. Y con mis escasos recursos emocionales siento que se nos está haciendo durísimo transitarlo. Esto es algo así como un desahogo, no doy más. No les puedo explicar lo desesperante que puede llegar a ser. Entiendo perfectamente que ha sido un año de cambios ENORMES, totalmente trascendentales para sus 4 años. Y encima se da cuenta de que también ha cambiado la vida de sus padres. Le hablo de los cambios, la abrazo y lloramos juntas, casi todos los días. No tengo respiro y siento una culpa enorme porque Emilio recibe poco, lo que le dejan las tormentas de Guille. No es para que nos juzguen o para quejarme, solo es para sacarme las broncas y ver si leyéndolo se me aclaran las cosas, ese es el único fin de estas anécdotas:

"La canción del verdugo"

- Mami, cantame esa canción del jardín, esa de una pierna, otra pierna, 1,2, 3! 
- No sé cuál es, te puedo cantar otra.
- NO! E-SA! Sí la sabés!
- (?) No Gui, no la sé...a ver, contame de nuevo a ver si la recuerdo, cómo es...
- NOOOO! Sí la sabés!!! Cantameeeeeeee...MALAAAAA (acá entro a desesperarme, porque me doy cuenta de que la tormenta es imparable)
- No la sé hijita, pero podemos cantar otra.
- CANTÁ!
- Una pierna, otra piernaaaa, uno, dos y tres! (con cualquier melodía...a ver si zafamos)(claro, ella debe pensar que le estoy tomando el pelo)
- Nooooooooooooooooooooo, mala, mala, mala! Esa no es!!! (no sé de dónde carajo sacó el "mala")

Y acá empieza el griterío, porque yo no tengo tanto aguante. Emilio, upa, mira como que no entiende nada. Yo (mientras grito y me siento como el traste) pienso a dónde se llevaron a mi nenita mansa y tranquila, a veces siento que voy a enloquecer. ¿Vieron que en todo edificio está la loca que grita todo el día? Hello! Yo soy la de mi edificio y me siento mal por haber juzgado a otras locas de otros edificios. 

"Los miserables"

Hace unas semanas vi nuevamente la película y decidí que no podía pasar otro año sin leer a Víctor Hugo. Ok, me lo llevé a la pieza y leo un poco cada noche. Guille lo encuentra...

- ¿De qué es este libro?¿Es de "un malo"?
- Es de malos y buenos, mi amor.
- LEÉME
- No, Guille, no te puedo leer eso...buscamos un librito para vos y te lo leo (siempre leémos)
- No, ESTE!

Como tengo tiempo, decido leerle y esperar a que se aburra. Empiezo a leer en voz alta...después de ¡media hora! todavía no se cansó, ni se aburrió (vamos 5 páginas mas o menos). Emilio quiere comer, le explico a Guille la situación. Se desata un TSUNAMI. Tira cosas (ok, me hago cargo...eso lo copia de mi, estoy esforzándome en no tirar nada), grita, me pega (o lo intenta), le pega a David, se revuelca por el piso, me grita "mala" y "te vas de esta casa" (ahí se me queman TODOS los papeles ¿dónde carajo escucha eso??). Después de un rato ETERNO empieza a calmarse, hablamos de los cambios, lloramos un rato, nos abrazamos. Pasa. Pero a mi me hace mierda, me quedo sin energía, sintiendo que hago todo mal y con ganas de, como decía mi mamá "agarrar mis cuatro pilchas y mandarme a mudar". Y yo que no quiero ser parecida a mi vieja en nada. Me siento un fracaso total.

Nada, díganme que TODO PASA!