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Guille tiene 3 años y (casi) 2 meses. Camina para todos lados, pero al jardín hay que llevarla a upa. Y traerla a upa. David la lleva, yo la busco al mediodía. Pero no daba MÁS! Con 16 semanas de embarazo la cosa empezaba a complicarse, no por la panza sino porque llegaba agitadísima a casa. Lo sostuve así porque son "sólo" tres cuadras y básicamente para no pelear. Pero la verdad es que con 15 kilos encima parecen mucho más que tres cuadras.
Ya hacía rato que le venía hablando de que cuando hiciera frío iba a tener que caminar. Ya sé que la opción "fácil" era sacar el cochecito (sin uso desde sus 18 meses), pero había dos contras: 1) probablemente no quisiera subirse, 2) si le gustaba era un tema cuando naciera el/la herman@.
Mientras tanto seguíamos aguantando. Hasta que el sábado a la noche tuve un tirón dolorosísimo en la ingle, no me podía ni incorporar. Pasó, pero no me quiero arriesgar a levantarla (puede ser un auténtico DRAMA familiar que yo quede en reposo). Así que ayer estuve todo el día metiéndole en la cabeza que hoy no iba a poder traerla a upa del jardín. La verdad es que no necesitaba tantas justificaciones, pero sí quería asegurarme de que me entendiera. Yo no sé si a ustedes les pasa, pero mi hija parece no escucharme cuando le hablo (?)(obvio dicho en el sentido de "no me da ni cinco de bola")
Bueh, la cosa es que hoy le repetí toda la historia. Llegué al jardín con una cajita de acuarelas (es fanática de las acuarelas, se gasta una cajita de esas baratitas por semana!), le conté a una de las mamás que las llevaba a modo de soborno (si, un desastre, pero algo tenía que hacer porque ya no puedo volver a casa con ella a upa), le dije también que no me tenía la más mínima confianza (jeje).
Bueno, al final sí caminó. Salió, me dio un beso y me dijo "a upa de mami no, a upa de papi si". Vino todo el camino contándome cosas, pero muy seria. Estuve a punto de ofrecerme a levantarla (no sé por qué se me ocurren esas locuras!), pero en cambio le prometí que cuando llegáramos se podía sentar un rato a upa. Y así hicimos, llegamos y nos sentamos en el piso de la cocina a charlar y ver la sorpresita de cumpleaños que le habían regalado. Pienso que necesita contacto físico a la salida de jardín y que eso es lo que reclama con el upa (el límite es el abrazo dice el pediatra de N, qué puéta!). Igualmente me quedó una sensación agridulce, alegre de ver que crece, nostalgia por el tiempo que pasó ;-)
Lo bueno es que pude comprobar que me escucha (!!?).
¿Tendremos retrocesos? No sé, al menos hoy pude descansar :)