Hace casi 4 meses que empezamos a reducir el consumo de lácteos en casa. Debo confesar que no nos resulta demasiado difícil ya que el único lácteo que nos gusta a David y a mi es el queso. Rectifico, no nos gusta, más bien MORIMOS por el queso. El resto: leche, yogur, postrecito, flan, no nos gusta. Sin embargo, cuando empezamos con la alimentación complementaria de Guille, le dimos yogur, danonino, postrecitos, porque supuestamente era "lo que había que hacer". Después, informándonos y leyendo, llegamos a otras conclusiones y retiramos los lácteos que nos parecía que "estaban de más". No retiramos todos los lácteos, Guille sigue tomando leche y nosotros seguimos muriendo por el queso (jaja!), pero retiré lo que me parecía un consumo innecesario y excesivo: yogures, danonino, postrecitos varios. Los fui reemplazando por colaciones distintas: frutas, galletitas de cereales, muffins o tortas elaboradas en casa con harina integral, pan negro y algún trocito de queso, entre otras cosas.
Después empecé a probar reemplazos posibles para la leche, sin intención de retirarla por completo, pero sí de reducir un poco la cantidad (Guillermina llegaba a tomar hasta 1 lt. de leche por día y a mí me parecía demasiado). Los reemplazos no tuvieron éxito, Guille no aceptó ni leche de avena, ni de almendras, ni de soja. Debo confesar que a mi tampoco me gustaron...y la máxima de la alimentación para con mi hija es "no pretendo que le guste algo que a mi no me gusta". Pero, después de mucho probar, encontré el reemplazo: Mate Cocido Taragüí Niños...lo malo es que viene saborizado, pero bueno, al menos reduje un poco la ingesta de leche.



Por cierto, los sobrecitos traen unos stickers de las chicas superpoderosas, y mi amiga Marcia dice que Guille se parece a Bellota en esta versión:



¿A ustedes les parece? ;-)