Realmente estamos muy lejos de una "ciudad para los niños" y no sólo porque el ambiente urbano es inseguro para ellos, sino también porque ni los propios niños utilizan los lugares de esparcimiento para ser eso: niños. Cuando vamos al parque, intento comprender las situaciones y tener empatía hacia el resto de la gente que está disfrutando de ese lugar público. Pero pareciera que a ellos no les importa ser respetuosa con el prójimo.

Ayer fuimos al parque, un espacio enorme cerca de casa. Lo primero que se encuentra al llegar es mugre: papeles diversos, bolsitas de nylon, colillas de cigarrillos, vasitos plásticos y popó de perro. Así que empezamos por buscar un lugar medianamente limpio y nos aseguramos de que no quede basura cerca, ya que para Guille, cualquier cosita que encuentra en el suelo es un juguete. Ahora, yo me pregunto ¿quién educó a esta gente?, porque recuerdo muy bien que cuando era chica, tanto en mi familia como en la escuela, nos hablaban constantemente de no tirar basura al piso, de juntar lo que se nos caiga, de utilizar los tachos de basura (cierto, hay pocos...pero la alternativa si no encuentro un cesto de basura es guardarlo en mi bolso, mochila o hasta bolsillo ¡jamás tirarlo al piso!).

Después de idas y venidas conseguimos instalarnos. A escasos 20 metros estaba ubicada una familia que había llevado al parque un cuatriciclo, quien lo manejaba -por cierto, a toda velocidad- era una nena de unos 7 años. Yo digo, ¿una criatura de 7 años tiene los reflejos suficientes para frenar si se le cruza alguien? Realmente es grave y puede ocasionar una tragedia. Para no discutir con los responsables, decidimos apartarnos y buscar un lugar más tranquilo. Caminamos unos 50 metros, en el camino escuché tantas faltas de respeto hacia los niños que cruzábamos, que terminé agotada:


Padre a un bebé de unos 18 meses: "Esto se termina cuando dejes de usar pañales ¡cómo vas a usar pañales todavía!".

Padre a nene de unos 4 años intentando remontar un barrilete: "Pero ¿sos boludo vos? Te dije que no lo sueltes tarado!"

Madre a una nena de unos 3 años que corría y se alejaba: "¡Nahiaraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!" La nena no respondía, la madre se levanta diciendo "Venía acá que te pego un chirlo en la cola"


Naturalmente fue demasiado fuerte para nosotros. Me pregunto si hace falta tanta violencia para relacionarse con los hijos, si es necesario gritarles tanto o referirse a ellos con groserías. Me respondo que no.

Estuvimos un ratito y partimos, agotados de tanto griterío y de tanta falta de respeto mutua. No, no es que quiera juzgarlos, cada uno hace lo que puede y cría a sus hijos como le sale. Pero podríamos apostar a una sociedad menos violenta y si bien yo no tengo todas las respuestas, sé que podemos conseguirlo bajando el volumen, conectándonos con nosotros mismos y con nuestros hijos. Si supiéramos cuántos beneficios podríamos obtener cambiando nuestra actitud.

Lo que más me entristece es que esos chicos "violentados" van a formar parte de la vida de mi hija. Serán sus compañeritos de banco, los chicos con los que baile de adolescente, serán bancarios, taxistas, empleados públicos, maestros y médicos. ¿Cómo van a tratarnos si no saben lo que es el respeto?¿Cómo preservo a mi hija de la violencia?