Cuando finalmente decidimos empezar a buscar un hijo lo que más nos asustaba era tener que postergar los viajes. Nos encanta viajar, pero lo entendemos como una forma de conocer otras maneras de vivir, otras realidades y eso solo se consigue "metiéndonos" en ese otro lugar que visitamos. Así, la idea de viaje como experiencia antropológica se contrapone a la idea de "vacacionar". Si hay algo que nosotros no hacemos cuando salimos de viaje es "vacacionar" y entiendo por esto a comprar un pack turístico, hospedarse en un hotel tradicional y pasarse los diez días metido en la pileta de ese hotel. Tampoco me agrada quedarme más de 4 días en un mismo lugar. Por eso elegimos la modalidad "viaje" y no "vacacionamos"...para descansar mejor elijo mi casa. Ojo...me parece una buena opción, pero yo no la elijo simplemente.

Ahora, esto es lo que me gusta a mí. Una vez un compañero de trabajo me cuestionó "una cosa es lo que te gusta a vos ¿pero vas a privar a tu hija de las comodidades sin saber si a ella le gusta?" Bueno, eso es muy relativo porque depende de qué considere cada uno por comodidades. Obviamente, voy a intentar preservarla de los "peligros" que supone viajar de determinada manera: no voy a hacer dedo con un bebé de 10 meses o a darle agua de la canilla sin saber cuáles son las condiciones de salubridad. Pero también creo que un hijo no tiene por qué limitarte, un hijo debe sumar cosas a tu vida no quitártelas. Veo últimamente a gente que no sale durante tres meses de su casa porque "afuera hay gérmenes". Vamos, que una cosa es quedarse en casa para vivir emocionalmente el puerperio, para disfrutar de la soledad en compañía de nuestro hijo recién llegado, para conocernos, para hacer introspección; y otra cosa es no salir "porque hay gérmenes" ya que, dicho sea de paso, gérmenes hay también adentro.


Creo que a los bebés hay que sumarlos a la vida familiar, hay que ofrecerlas las constumbres que desarrollamos antes de que ellos llegaran, hay que integrarlos (como término opuesto a "adaptarlos", ojo!) a la vida familiar.


Y nuestra familia es así: itinerante, por momentos bohemia y amante de los viajes. Eso es lo que le voy a ofrecer a mi hija: la posibilidad de conocer gente, lugares, olores, sabores desde una perspectiva completamente diferente a la de un viaje puntillosamente programado por una agencia. Después ya tendrá tiempo ella misma de decidir cómo viajar, pero por ahora va a viajar como pequeña mochilera con mamá y papá cuidándola. Ahora, he aquí el problema: ¿no será difícil? La verdad que me lo planteé, por más segura que esté de mi forma de viajar, sé que esta modalidad incluye esperas, cansancio, largas caminatas y que -dado que Guille aún no camina- íbamos a tener que encontrar la manera más cómoda de trasladarnos, para bien de todos. Primero, elegimos las sierras cordobesas y dentro de las mismas nos quedamos con Tralasierras que considero un lugar tranquilo, sin amontonamiento de gente vacacionando (me dan pánico los turistas) y con posibilidades ilimitadas de conocer lugares caminando o en colectivo o en alguna excursión. En general hacemos excursiones, y es ahí en donde nos topamos con el "mundo vacacionando", muchas veces gente grande que ya puede dejar a sus hijos en casa -máximo horror para esta gente: viajar con chicos berreando- el guía que está siempre "apurado" y que te empuja adentro de la trafic cuando ni sacaste dos fotos, que se vuelve loco si ponés un pie en un lugar que él no indicó...uffff: el mundo vacacionando, le llamo yo. Al no tener movilidad propia muchas veces las excursiones son la única manera de conocer aquellos sitios adonde no llega el transporte público.

El miércoles partimos de vacaciones. Para el evento eché mano de mis portabebés: la bandolera y el mei tai. Este último es un portabebé asiático que se parece bastante a una mochila porque carga sobre los dos hombros. Se trata de un rectángulo de tela con cuatro tiras en sus extremos para realizar los nudos. Es simple de poner (no tanto como la bandolera, eso sí), ergonómico y plegado ocupa muy poco espacio. Este es el primer viaje de la Guille, así que por las dudas vamos a llevar también el cochecito aunque dudo que nos vaya a servir para llegar hasta el balneario...jajaja.

Vamos a probar si se puede, yo estoy segura de que sí!!!