Me gustó mucho este artículo que leí en la página http://www.infertilidad-arg.com.ar/ a la que llegué de pura casualidad "bloggeando". Creo que las mujeres en edad fértil no estamos muy concientes de que lograr un embarazo no es tan fácil como parece. Durante tanto tiempo temimos un embarazo no deseado que lo creemos super simple: dejar de cuidarnos y quedar embarazadas. En la página en cuestión encontré este artículo que forma parte de una campaña para cuidar nuestra fertilidad (tanto la femenina como la masculina), la campaña se llama "Concebir", este fragmento que publico es solo la introducción, pero recomiendo muchísimo la lectura del artículo completo. Conozco gente que ha estado meses buscando un embarazo...pero hay quienes estan años en ese doloroso camino. Nos puede pasar a todos. Si pasamos por la página también podemos colaborar juntando firmas para que en Argentina se apruebe la Ley de Infertilidad, para que TODOS los que lo deseemos tengamos la maravillosa posibilidad de convertirnos en padres.


Lo que no se sabe acerca de la infertilidad

“Tras generaciones de descubrimientos científicos y cambios sociales, después de décadas de debate público sobre la reproducción y la planificación familiar, oco se habla sobre la Fertilidad. Un estudio a escala mundial entre casi 17.500 personas en 10 países de Europa, África, Cercano Oriente y Sudamérica, en su mayoría mujeres en edad de procrear, reveló una verdad que da que pensar: en el mundo entero, la gente sabe poco acerca de la fertilidad y la biología.
Este estudio demostró que la inmensa mayoría de nosotros sólo conocemos pequeños trozos de la historia de la concepción y la reproducción. No comprendemos realmente los pasos complicados y delicados implicados en ella ni sabemos cómo preservar la fertilidad. Esto nos hace vulnerables a todo tipo de sorpresas, incluidos algunos problemas reproductivos prevenibles.
Las razones de nuestra ignorancia son complejas. Crecemos pensando que la reproducción tiene que ver únicamente con el sexo, o que es una bendición divina o un regalo de la naturaleza. Nuestras actitudes y percepciones están teñidas por las creencias, la moral y las costumbres religiosas o culturales que modelan nuestras sociedades. Muchos de nosotros tendemos a idealizar o romantizar la procreación, mientras que para otros es simplemente algo de lo que no se habla. A menudo nos resistimos a buscar la información que nos permita conocer las realidades biológicas implicadas a la hora de crear una nueva vida, un tema que sigue siendo un tabú.
Teniendo en cuenta que muchos países del mundo se han esforzado por frenar el crecimiento de la población, ofrecer información acerca de la fertilidad y cómo preservarla parecía ir en contra de ese objetivo. De hecho, a lo largo de los años, la planificación familiar responsable se ha definido siempre como anticoncepción o abstinencia, y en ese sentido nos han educado muy bien. Pero no se ha recurrido a esos mismos mecanismos pedagógicos eficaces para explicarnos lo que hemos de saber acerca de la otra parte de la ecuación de la fertilidad. Resulta irónico cuando se considera que tener niños es tan importante para una verdadera planificación familiar como evitar un embarazo.
Salvo muy pocas excepciones, la población mundial sigue desconociendo en gran medida los “hechos de la vida”, y qué factores pueden afectar a las posibilidades que tienen de engendrar hijos e hijas biológicos. Armados con tan sólo algunos hechos simples —por ejemplo: que la fertilidad disminuye con la edad; o que lo que se come, la cantidad de ejercicio que se hace y las horas que uno duerme pueden afectar a la fertilidad— las personas en todo el mundo estarán mejor capacitadas para hacer elecciones significativas e incluso esenciales para proteger su fertilidad.
La educación significa que todas las personas tendrán la oportunidad de tomar decisiones a conciencia. Puede que no cambiemos nada de lo que hacemos, pero deberíamos ser capaces de tomar esas decisiones con total confianza. Quizás no sea sorprendente que los encuestados más entendidos resultaran ser los que se habían visto obligados a recabar información a raíz de las dificultades reproductivas. ¿Por qué esperar a que nos encuentren desprevenidos?"