Mientras me cebo unos mates adelante de la compu y me preparo para arrancar mentalmente mi día, recuerdo que la semana pasada fue tremenda: más de 10 días levantándome a las 4:30 am/ 5am para lograr ponerme al día. Pude hacerlo y por fin estoy más tranquila y esta semana será con madrugones más acordes a un trabajo normal.

Hace dos años, otro otoño y en lo que considero otra vida, nos encerrábamos para que la pandemia no nos tocara. Qué ilusos. Medio que nada quedó en pie desde ese día. Tuve una profunda sensación de incredulidad por todo l que nos pasó en estos dos años. Y también la necesidad de revertir la huella que nos puede haber quedado. Me siento como en un fin de ciclo.

Así, entonces, fue esta semana.


Tuvimos que ponerlo a Emi a practicar un poco de escritura.
Lentes nuevos :-), le quedan bellos.






Llovió, refrescó y despejó.



El otoño se impone. Hoy arranca.