Leo vorazmente. Un libro detrás de otro. Hacía tiempo que no tenía ni el tiempo ni la necesidad urgente de leer literatura. Soy profesora en Letras, mi trabajo docente gira de alguna forma en relación a la literatura, aunque en realidad me centro más en la lengua y en la lingüística, ya que tengo los primeros cursos del secundario. Se supone que, además, la literatura es mi pasión. Me parece una contradicción enorme intentar transmitir culturalmente el acto de leer y al mismo tiempo no tener tiempo para leer. Lo que no hace más que demostrar que todo este maldito sistema está mal.
Mis crisis vitales me han empujado siempre hacia los libros. No es casual que esté leyendo muchísimo. Ya me pasó cuando terminé la carrera y no sabía qué hacer con mi vida o luego de mi primer y eterno puerperio. En todas esas oportunidades he llegado a leer hasta una novela entera en un día (leo rápido, sí, defecto que me quedó de la cursada universitaria). Me cuestan más los libros de crítica literaria porque necesitan una reflexión teórica para la que ya no estoy tan entrenada como en el acto de leer ficción.
Entre el domingo y ayer martes leí tres novelas: La Carretera de Mc Cormick, Seda de Baricco y Los besos en el pan de Almudena Grandes. Eran tres libros que tenía marcados en mi biblioteca para cuando tuviera "tiempo". Disfruté muchísimo los tres. Son bellísimos.