Llovió. Por fin llovió. Bajó 20º la temperatura y revivimos, incluso tengo ganas de cocinar. Es más, hasta vi una caja de cartón que tenemos guardada hace tiempo y capaz que me pongo a construir un edificio con Guille. Como en la vereda había charcos, me pareció que estaba bueno hacer algunas fotos con botas (las botas multicolores de mi hija son muy fotogénicas), así que salimos a la vereda a hacer algunas tomas así:
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Y entonces llegó la pregunta: "¿Puedo saltar, mami?"
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y la caída... Splash! (24/365)
  Splash!

;-)

 Ojalá nos dure unos días el fresquito, siento que mi cerebro recobra su forma y al menos puedo ¡pensar! Aunque más que pensar lo que necesito es guardar la ropa doblada que hace semanas duerme sobre la cómoda de la pieza. Allá voy!